La cuarta actualización de la Estrategia de Vacunación divide en cuatro a los que en algún momento se han contagiado: uno, los mayores de 55 que ya han recibido una primera dosis, a los que aconseja completar normalmente la pauta con la segunda, y aquellos en ese tramo de edad que se han infectado tras recibir el primer pinchazo, en cuyo caso se les administrará el segundo una vez recuperados y completado el aislamiento.
En cuanto a los menores de 55 años que han pasado la enfermedad, se ha determinado que recibirán una única dosis a los seis meses del diagnóstico positivo, y aquellos de este grupo de edad que se han infectado entre pautas, sí tendrían que recibir una segunda inyección a los seis meses.
Una decisión que la Comisión de Salud Pública justifica en que «la gran mayoría de las personas infectadas por SARS-CoV-2 producen anticuerpos neutralizantes y estimulan la inducción de respuesta de células T"; además, el número de casos con reinfección documentada «es muy bajo en los 6 meses posteriores al diagnóstico de infección», pero aún no está claro en qué porcentaje y por cuánto tiempo están protegidos.
Tras recopilar toda la evidencia científica publicada hasta la fecha sobre este asunto, Sanidad, que desaconseja la realización de pruebas serológicas antes o después de la vacunación, matiza que estas recomendaciones «son provisionales y podrían modificarse más adelante en función de las nuevas evidencias».
La última actualización de la estrategia incluye también las últimas decisiones de la Comisión, que aún no había quedado reflejadas en ningún documento público, como es la creación de los grupos de 70 a 79 años y de 60 a 69, que serán inmunizados tras los mayores de 80.
Así, se sigue manteniendo la edad como el principal factor de riesgo de hospitalización y muerte por covid, por lo que defiende que se vacune «cuanto antes a las personas de mayor edad que no están institucionalizadas».
«Es imprescindible considerar el principio de solidaridad, colaborando para la utilización de las vacunas que han mostrado eficacia en estos grupos de población mayor, que son las que pueden ver más afectada su salud» por el coronavirus, subraya.
Como también el principio de factibilidad, de modo que la atención a los distintos grupos que deben ser priorizados en la vacunación resulte compatible con una administración eficiente.
«No sería una decisión ética aquella que, por pretender identificar a todos los grupos que deben ser priorizados, hiciera tan complejo el proceso de vacunación que lo ralentizara indebidamente o trasladara a los ciudadanos una sensación de confusión acerca de cuándo van a ser vacunados», señala el documento antes de insistir en que la edad es lo que más incrementa el riesgo de tener efectos graves en caso de contagio.
Así, el siguiente grupo que crea es el de personas de entre 56 y 59 años, a los que, como a los anteriores, se les reservará «en principio, vacunas de ARNm -Pfizer y Moderna por ahora-, aunque se valorará el uso de otras a medida que vayan autorizándose por la EMA o cuando se disponga de datos adicionales de las actuales».
Las mismas vacunas se destinarán al grupo de personas con condiciones de alto riesgo de entre 16-18 y 60 años, que empezarán a ser inmunizados una vez se haya completado la de los mayores de 60; no obstante, la estrategia no delimita aún cuáles son esas patologías, que «se describirán más adelante».
También recoge las recomendaciones de vacunación con AstraZeneca, fármaco que de momento se está administrando a trabajadores esenciales menores de 55 años -como bomberos, fuerzas y cuerpos de seguridad o docentes, entre otros-, a algunos sanitarios que no trabajan en primera línea y, posteriormente, a la población general de entre 45 y 55 años.
Y establece que las personas desplazadas a otras comunidades y las extranjeras residentes en España, recibirán la vacunación correspondiente en el lugar donde residan.
La proporción de personas vacunadas en España «es todavía pequeña, apenas un 3,7% del total de la población general», si bien, de las 351.936 personas institucionalizadas en residencias de mayores y otras, se ha vacunado ya el 94 % con la primera dosis y el 82 % con la pauta completa.
«Y ya se comienza a observar una menor proporción de personas hospitalizadas procedentes de residencias de mayores», destaca el documento, que no precisa la cifra, pero sugiere que en los países que han tenido mayor disponibilidad de vacunas «se está observando un impacto positivo de la vacunación sobre la infección y las hospitalizaciones».
Junto a ello, Sanidad asegura que ya hay estudios observacionales que muestran los «primeros datos de efectividad esperanzadores de ambos tipos de vacunas (ARNm y vacuna de AstraZeneca), así como su eficacia frente a algunas nuevas variantes», concluye.
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No se aclaran ni ellos.