A los 39,6 millones ciudadanos que viven en las trece regiones confinadas al completo se unen 1.225.229 gallegos, el 45,3 por ciento de la población de esta comunidad, tras decretar la Xunta de Galicia este viernes el cierre de fronteras en urbes y municipios limítrofes para contener la expansión del virus, y 54.000 extremeños, pertenecientes a los 11 municipios confinados.
Sólo quedan fuera del confinamiento los archipiélagos de Canarias y Baleares gracias a la buena evolución de la pandemia.
Con los confinamientos selectivos en municipios de Galicia y Extremadura acordados este viernes de cara al puente de Todos los Santos y que tienen aplicación inmediata, las comunidades autónomas han puesto en marcha su competencia para decretar cierres de fronteras.
En Extremadura, la Junta ha optado por no decretar el cierre perimetral de la región pero ha acordado medidas extraordinarias para contener la COVID-19 en siete municipios, entre ellos Mérida, Badajoz, y Cáceres, y dedicar recursos de las fuerzas de seguridad a controlar el cumplimiento del confinamiento de los ciudadanos que son positivos.
Uno de los municipios que la Junta de Extremadura sumó ayer al confinamiento perimetral es Zarza de Granadilla (Cáceres) con una incidencia acumulada de 2.500 casos por 100.000 habitantes en 14 días.
Con estas incorporaciones queda cerrado el mapa para este puente de Todos los Santos. El pasado jueves, la Comunidad Valenciana era la última en sumarse a los cierres perimetrales que, en su caso, se prolongan desde ayer y durante siete días naturales.
Poco antes de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Cantabria habían acordado unirse al confinamiento perimetral, además de la ciudad autónoma de Melilla.
La Comunidad de Madrid mantuvo el pulso con el Gobierno hasta el último minuto y consiguió que fuese admitido el cierre de fronteras por unos días, desde las 00.00 horas de ayer viernes hasta las 00.000 horas del martes 3 de noviembre.
Estas comunidades se han sumado a Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, Aragón, el País Vasco, Navarra, La Rioja y Asturias, donde sus respectivos gobiernos autonómicos habían aprobado con más antelación el cierre de fronteras.
Además del caso de la Comunidad de Madrid, los cierres tienen peculiaridades dependiendo de la región.
La Generalitat catalana ha optado por un confinamiento general durante 15 días así como el perimetral de los municipios el fin de semana, además de clausurar teatros, cines, actividades deportivas no profesionales y las extraescolares de niños y jóvenes.
En Castilla y León, tras decidir la Junta confinar la región, el Gobierno regional no ha descartado ir más allá y pidió ayer al Ejecutivo central que habilite herramientas legales para que se pueda decretar el confinamiento en el domicilio si los datos epidemiológicos no mejoran en las próximas dos semanas, en línea con Francia o Alemania.
Cantabria cierra fronteras hasta el 9 de noviembre; el Gobierno de Asturias, que empezó confinando Oviedo, Gijón y Avilés, amplió el confinamiento a todo el Principado.
Melilla también lo mantiene mientras que Ceuta lo ha circunscrito a los fines de semana.
El próximo miércoles se reunirá el Consejo Interterritorial de Salud y decidirá sobre la efectividad de las medidas que se están implantando, entre ellas la temporalidad
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