Vista de la Basí­lica del Valle de los Caídos. | Europa Press

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Los obispos han defendido la permanencia de la cruz en el Valle de los Caídos como «símbolo de reconciliación» y han considerado «grave» que se pretenda escribir «una especie de historia oficial» con la ley de Memoria Democrática, a la que han comparado con la asignatura de formación del espíritu nacional durante el franquismo.

«Creemos que la cruz (del Valle de los Caídos) es un símbolo de reconciliación», ha afirmado el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente de los obispos.

Y, aunque ha mostrado su preocupación por el futuro del Valle de los Caídos, en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial, para el portavoz de los obispos la verdadera gravedad de la ley de Memoria Democrática es que con ella el Gobierno pretende escribir «una especie de historia oficial» y, además, «quiere hacerla pauta educativa», como «una especie de formación del espíritu nacional».

Para la CEE, esta ley supone «una enmienda» a algunos de los aspectos centrales de los acuerdos alcanzados durante la Transición.

Entonces -ha explicado- había una propuesta de reconciliación, que buscaba mirar hacia adelante, caer en la cuenta de las responsabilidades históricas de unos y otros, haciendo una enmienda a la totalidad al régimen anterior y una propuesta de Constitución democrática.

Preguntado por la posible salida de los monjes benedictinos de la abadía del Valle de los Caídos y su reconversión en un cementerio civil, Argüello ha subrayado que, independientemente de lo que se decida, «en ese lugar sigue habiendo un templo» y «si hay cruz y basílica, para nosotros es importante que haya una comunidad que mantenga el culto».

Ha asegurado que los cementerios parroquiales acogen a todo el mundo y en ellos están enterrados creyentes y no creyentes, por lo que los obispos no ven motivo para transformar el cementerio religioso en uno civil.

Argüello ha explicado, por otra parte, que las reuniones con los representantes del Gobierno para tratar distintos asuntos que afectan a la fiscalidad e la Iglesia o los bienes inmatriculados, entre otros temas, siguen su curso y el último encuentro tuvo lugar la semana pasada.

«Las diferencias no parecen tan graves como pueden parecer en los titulares», ha comentado sobre el contenido de dicho encuentro durante el cual -ha detallado- se ha elaborado un calendario con los próximos temas a abordar.