Las mujeres que puedan sufrir una situación de violencia machista en su hogar podrán alertar de ello a las farmacias de su barrio al solicitar la Mascarilla19.

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Las mujeres que puedan sufrir una situación de violencia machista en su hogar podrán alertar de ello a las farmacias de su barrio al solicitar la Mascarilla19, según esta iniciativa.

Ello se debe a que el aislamiento obligado de las familias y la limitación de la libre circulación a razón del coronavirus aumenta exponencialmente el peligro para las mujeres víctimas de violencia de género.

«Si estás conviviendo con tu agresor, difícilmente vas a poder llamar. También es muy difícil establecer un código telefónico porque al final, las mujeres tienen que facilitar sus datos y la dirección de la vivienda, y es muy complicado si tienes al maltratador encima», explica la directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), Kika Fumero.

La campaña, difundida este martes bajo el lema Contra la violencia de género, Mascarilla 19, también pretende ayudar a aquellas mujeres que se encuentren ante un posible caso de agresión sexual o hayan sido agredidas en la calle, «ahora que están prácticamente vacías y es fácil».

Fumero se muestra convencida de que el confinamiento va a suponer un «problema» y un «aumento» en la violencia de género, primero, por las tendencias de otros países afectados por el COVID19, como Italia y China, que registraron un aumento de sus niveles de violencia sobre las mujeres.

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Y segundo, recalca la directora del ICI, porque en otros contextos de convivencia similares, como las vacaciones de verano, también se registran aumentos en el número de casos.

Tras la petición de la mascarilla, el personal farmacéutico realizará una llamada por violencia de género al 112 para alertar de la situación.

Cuando se establezca el contacto con el 112 se especificará que la llamada es por un incidente de Mascarilla 19, lo que inmediatamente activará el Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas (DEMA), y las mujeres y menores afectados serán trasladados a los recursos alojativos del ICI.

Fumero reconoce, no obstante, que siempre habrá un porcentaje de mujeres al que no van a poder ayudar, «porque si un maltratador no quiere dejar salir a su mujer, no la va a dejar salir». Y no solo eso, sino «que se las apañará para no perderla de vista, y para que no tenga acceso a ninguna red o número de teléfono», remarca.

Insiste en que se prevé un aumento de las denuncias, aunque por el momento, aunque se ha registrado un incremento de las llamadas en las tardes y las noches, «con un pequeño repunte para ser lunes», es un aumento «no considerable».

«Se trata de un reto colectivo para contener la curva del coronavirus sin disparar la violencia de género» asevera Fumero, que resalta posteriormente, «la gran preocupación» que ha generado el confinamiento entre los profesionales, ya que supone, o bien la convivencia 24 horas con el agresor o bien la oportunidad de ser agredidas sexualmente en la calle con mayor facilidad.