De todos los encontronazos que han protagonizado ambos socios del Govern desde el inicio de la legislatura, tras las elecciones del 21 de diciembre de 2017, éste es el que más se parece al preludio de unas elecciones anticipadas, que ya no descartan fuentes de JxCat.
La jornada, que se preveía tensa puesto que la Mesa del Parlament debía reunirse al mediodía para decidir si acataba la retirada del acta de diputado de Torra, ordenada por la Junta Electoral Central (JEC), se ha iniciado con un movimiento que ha cogido a contrapié a JxCat, favorable a hacer caso omiso de esa orden.
El secretario general del Parlament, Xavier Muro, como responsable de la administración parlamentaria, ha dado instrucciones a los servicios de la cámara para que se ejecute la orden de la JEC y se haga efectiva la pérdida de la condición de diputado de Torra.
En el centro de todas las miradas se situaba entonces el presidente del Parlament, Roger Torrent, figura preeminente de ERC: si hacía caso omiso de la JEC y permitía a Torra votar en el pleno que arrancaba esta tarde a las 15.00 horas se arriesgaba a incurrir en un delito de desobediencia, pero si acataba la retirada del acta de diputado iba a ser blanco de los ataques de JxCat y la CUP.
Finalmente, la Mesa ha avalado las instrucciones dadas por el secretario general de la cámara, pese a que los representantes de JxCat, Josep Costa y Eusebi Campdepadrós, habían propuesto «dejarlas sin efecto» y «confirmar» la condición de diputado del president.
La colisión entre JxCat y ERC en ese momento ya era una realidad.
Mientras Costa reprochaba a Torrent que hubiese dejado sola a JxCat en la Mesa en defensa de la condición de diputado de Torra, el presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, ha pedido a sus socios independentistas no caer en una «desobediencia estéril».
Desobedecer abiertamente a la JEC y permitir a Torra votar en el pleno, alegaba ERC, supondría que todas las votaciones que se hagan a partir de ahora en el Parlament sean impugnadas y anuladas, lo que impediría, por ejemplo, aprobar de manera efectiva los presupuestos de la Generalitat para 2020 pactados entre el Govern y los comunes.
Al arrancar el pleno, a las 15.00 horas, el enfrentamiento entre las dos principales fuerzas independentistas ha alcanzado su máximo nivel.
Torrent ha acusado al Tribunal Supremo y a la JEC de «secuestrar» el voto de Torra al retirarle el acta de diputado, ha prometido que intentará «revertir» esta situación, pero a la vez ha dejado claro que hay que proteger la «validez» de las votaciones del pleno, por lo que ha anunciado que el voto del president «no se contabilizará».
Torra ha pedido entonces la palabra, como presidente de la Generalitat, para exhortar a Torrent a garantizar sus «derechos como diputado» y lanzar una advertencia: «Lo que pone en riesgo la continuidad de las instituciones es precisamente la retirada de mi condición de diputado», ha dicho, en plenas especulaciones sobre la posibilidad de que esta crisis desemboque en elecciones.
Al término de su discurso, en el hemiciclo se ha visto la imagen del divorcio entre las dos fuerzas del Govern: mientras diputados y consellers de JxCat se ponían en pie para ovacionar a Torra, los de ERC -incluido el vicepresidente del ejecutivo catalán, Pere Aragonès- se negaban a aplaudir.
Otro momento de tensión se ha vivido durante la intervención de la líder de Cs en Cataluña, Lorena Roldán, que ha llamado «delincuente» a Torra: «Alguien que es juzgado y declarado culpable de un delito tipificado en el código penal es un delincuente», ha afirmado.
Torrent la ha amonestado y ha acabado suspendiendo el pleno por unos minutos tras varias llamadas al orden a la bancada de Cs por lanzar gritos de «delincuente» dirigidos a Torra.
El presidente del grupo PSC-Units, Miquel Iceta, y la presidenta de Catalunya en Comú Podem, Jéssica Albiach, han reclamado a Torra que convoque elecciones porque «esto ya no aguanta más», mientras que el líder del PPC, Alejando Fernández, ha dicho que el 'procés' no ha sido más que «una lucha a navajazos» entre JxCat y ERC.
El presidente del grupo parlamentario de JxCat, Albert Batet, visiblemente molesto con Torrent por negarse a admitir el voto de Torra, le ha pedido que suspenda el pleno para ganar tiempo e intentar encontrar una solución de consenso sobre el president.
Al ver que Torrent decidía mantener el pleno, Batet ha anunciado que los diputados de JxCat no participarían en las votaciones.
Y así ha sido: a la hora de votar el presupuesto del Parlament para este año, el grupo de JxCat no ha apretado ningún botón y las cuentas han sido rechazadas.
Con las relaciones entre JxCat y ERC al rojo vivo, este martes está previsto que comparezcan, ante la comisión de investigación del Parlament sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución, los exconsellers del Govern del 1-O condenados a prisión.
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