Esta decisión se produce después de que la Fiscalía haya pedido que se le citara como investigado al entender que ya se podían hacer varias hipótesis de los momentos previos de la fatal caída del pequeño, según han confirmado fuentes judiciales.
El ministerio público entiende que tras el estudio de toda la documentación y atestados de la Guardia Civil es el momento de «depurar, si es que las hubiere, las responsabilidades penales de las personas intervinientes».
La magistrada ha citado en primer lugar al propietario de la finca, David Serrano Alcaide, y, posteriormente, tomará declaración a un total de docena personas más, todas ellas en calidad de testigos.
La instructora considera que el empresario que perforó el pozo, Antonio Sánchez, tiene que declarar en calidad de testigo, al igual que los padres de Julen, José Roselló y Victoria García, cuatro guardias civiles y los tres senderistas que llegaron al lugar a auxiliar a los padres del niño, entre otros.
Además está previsto que comparezcan también como testigo la pareja del dueño de la finca, que es prima del padre de Julen, y el operario que hizo la zanja junto al talud que limita el pozo, un trabajo posterior a la perforación del orificio en el que cayó el pequeño. Todas estas citaciones se producen después de que la Fiscalía lo haya solicitado esta semana a la magistrada instructora tras estudiar el ministerio público las diligencias de investigación aportadas por la Guardia Civil.
Por su parte, el abogado del dueño de la finca, Antonio Flores, ha asegurado que le parece «sorprendente e indignante» que llamen a su cliente en calidad de investigado y no a la persona que hizo la perforación.
Flores ha calificado de «insólito» que la persona que hizo el pozo y generó el riesgo al no sellarlo convenientemente no sea citado en calidad de investigado y sí a su cliente que solo «encomendó un trabajo a un profesional».
Este letrado ha insistido en que su cliente tapó el agujero con dos bloques de hormigón y que el día en que cayó Julen al pozo había advertido a las personas que le acompañaban de la existencia del sondeo, aunque nunca pensó que podía caer un niño por ahí.
Por su parte, el empresario que ejecutó el sondeo siempre ha mantenido que hizo su trabajo bien y que taponó la boca del pozo con una piedra, versión que tiene previsto reiterar en sede judicial.
La jueza autorizó la semana pasada que se tomaran medidas de refuerzo en el terreno donde se encuentra el pozo al que cayó el pequeño tras finalizar la Guardia Civil todas las indagaciones necesarias en la zona para la investigación.
Fuentes cercanas a la investigación han indicado hoy a Efe que estos trabajos no han comenzado pero que está previsto que se inicien en breve para garantizar la seguridad en la zona, donde el operativo de rescate trabajó durante trece días en una obra que ha sido calificada de «ingeniería civil» por los técnicos.
5 comentarios
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... el dueño por permitir perforar, el pocero por no asegurarlo bien, la familia por no vigilar al crío, el padre y el tío por tirar escombros dentro, los medios por hacer el agosto de la serpiente... y los que aún sean creyentes, a dios por ser el responsable espiritual subsidiario...
Y con el control de la AA.PP. (de la innumerable cantidad de Organismos, Sociedades públicas y Autonomías que pululan por la piel de Toro española) sobre UN MILLÓN DE POZOS ILEGALES (se dice pronto) éste desgraciado infortunio no hubiese ocurrido. Qué lástima de país!
Ha sido un accidente, ya tienen todos una desgracia de por vida, pero claro a recaudar dinero ! Pero claro ! Las calles canales de ciutadella hechas polvo, sin barandillas ,farolas que no funcionan socabones!! Nosotros igual a denunciarlos Ya veras como no es igual!
Responsabilidades a partes iguales. Si se hace un agujero así debe taparse de alguna forma. Ahí no se encontró nada. Se dejó tal cual o el dueño hizo algo más Aquí, en esta desgracia 2 personas están implicadas.
Para mi, dueño y pocero pueden ser responsables a partes iguales. Ese pozo no habría estado allí sin la perforación que hizo el pocero. Sin su gran camión, maquinaria y tubos, sin su trabajo especializado y, sobre todo, sin su desprecio hacia las leyes que regulan la tramitación de los necesarios permisos, ese agujero siniestro no habría quedado allí, tapado o no con una triste piedra.