Han sido doce días de una carrera contrarreloj en la que los aspirantes se han recorrido el país buscando afectos y apoyos de los militantes inscritos, pero también de las direcciones regionales y provinciales que pueden ayudarles a ganar tratando de influir sobre los suyos. Y es que en un partido que nunca ha elegido a su líder nacional de forma democrática, las bases viven inseguras este momento. Hasta el punto de que son muchos los afiliados que llaman a sus sedes preguntando a quién tienen que votar.
Al final han sido seis los contrincantes, aunque solo tres –María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado– han acaparado el protagonismo. Y con tres campañas bien distintas.
Desde el primer momento Casado ha vendido la misma idea: el PP necesita que lo lidere otra generación, la suya, y aunque promete contar con los que «peinan canas», se presenta como el único que puede hacer creíble la renovación. Pero al mismo tiempo se ha buscado con su discurso el favor de los militantes más conservadores, ha presumido de un PP del que «todos reniegan», el de Aznar, y apunta también hacia la extrema derecha de Vox.
La candidatura de Cospedal es toda una reivindicación: ha sido ella la que ha dado la cara por el PP y la que lo ha defendido en sus momentos más duros. Con ese lema, el de «lo primero el PP», ha ido Cospedal por España abrazando a militantes, emocionándose en más de una ocasión y dando una imagen mucho menos fría de la de costumbre.
La exvicepresidenta Sáenz de Santamaría se presenta como la mejor candidata posible a La Moncloa y pone su gestión como coordinadora del Ejecutivo como el principal aval para liderar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.