La primera fue la sesión fotográfica en La Moncloa corriendo, jugando con su mascota y en una reunión con sus colaboradores más cercanos. Este fin de semana llegó la comentadísima escena de sus gafas de sol en el vuelo que iba a llevarlo a su primer desplazamiento oficial en calidad de presidente. Ahora llegan sus manos, que según un tuit del perfil oficial de La Moncloa «marcan la determinación del Gobierno».
Sin duda son formas de hacer totalmente nuevas, hasta cierto punto revolucionarias, en comparación con su antecesor en el cargo, Mariano Rajoy, quien se limitaba a poco más que andar deprisa para mostrarse cercano y natural de cara a los ciudadanos y potenciales electores.
Sin embargo a algunos las escenas que estamos viendo de Sánchez les parecen una sobreactuación exagerada, más propia de la escuela de marketing político americano que de las costumbres patrias. De este modo, sus rivales políticos del Partido Popular han cargado con dureza contra estos gestos «más allá de no gobernar».
En este sentido, muchos usuarios han seguido esta línea y se han mofado de las actitudes del presidente, de forma parecida a como lo hicieron otros anteriormente, por ejemplo, con el posado de Íñigo Errejón de Podemos.
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