El Rey, a la Princesa de Asturias: «Te guiarás permanentemente por la Constitución y servirás a España con humildad»

El Rey ha explicado que ha decidido celebrar así el día «especial» de su 50 cumpleaños «para poner de relieve, con la mayor solemnidad y simbolismo», su «compromiso personal e institucional con España». Un compromiso, ha dicho, que «hunde sus raíces en la historia de España», pero lo «actualiza y da plena vigencia democrática la Constitución de 1978, aprobada por el pueblo español», y «se renueva día a día, con dedicación y espíritu de servicio, con lealtad y con responsabilidad».

El jefe de Estado le ha recordado a su hija que recibir el Toisón implica, como heredera, «unas responsabilidades especiales», que deberá asumir inspirada por valores e ideales profundos.

«Tus acciones, todas, deberán guiarse por el mayor sentido de la dignidad y la ejemplaridad, por la honestidad y la integridad, por la capacidad de renuncia y de sacrificio, por el permanente espíritu de superación, y por tu entrega sin reservas a tu país y a tu pueblo», ha remarcado. Y le ha recordado que deberá «respetar a los demás, sus ideas y creencias» y amar la cultura, las artes y las ciencias.

El Rey ha tenido también palabras para su padre, el rey Juan Carlos, «impulsor y promotor imprescindible de la Transición española» y a quien hay que «agradecer -ha dicho- su liderazgo para lograr el sistema democrático» que tiene hoy España.

Y para su abuelo, el Conde de Barcelona, cuyo Collar de la Orden ha recibido Leonor. «Luchó de forma incansable para lograr la España en la que hoy vivimos y es un ejemplo para todos de amor a la Patria, a la que añoró cada día del tiempo que tuvo que vivir lejos de ella y a la que siempre quiso y sirvió con generosidad», ha dicho de él el Rey.

Felipe VI se ha expresado así tras imponer a Leonor un lazo de la Insigne Orden del Toisón de Oro a la Princesa de Asturias. Leonor será titular del Collar que perteneció a su bisabuelo, Juan de Borbón, pero en la ceremonia no se le ha impuesto el collar sino un lazo con una miniatura del vellocino, símbolo de la Orden. Tras recibir el lazo, la niña ha hecho una reverencia a su padre y acto seguido ha acudido a saludar a la Reina, a su hermana y a los Reyes Juan Carlos y Sofía.

El acto, celebrado ante todos los poderes del Estado, ha tenido lugar en la Salón de Columnas, un espacio reservado para acontecimientos solemnes: allí firmó el Rey Juan Carlos su abdicación y en 1985 el Acta de Adhesión a las Comunidades Europeas. La concesión del Toisón de oro es un acto cargado de simbolismo dinástico y de institucionalización de la figura de la Princesa de Asturias. El propio Felipe VI lo recibió en 1981.

Fátima Ametller: «Ha sido divertido y muy emocionante»

La menorquina Fátima Ameller Gomila era la representante balear en el evento acaecido en el Palacio Real, en Madrid, por ser una de las ganadoras, en 2016, del concurso «¿Qué es un rey para ti?», siendo de la misma generación que la Princesa de Asturias.

Tras finalizar el acto, y aún desde la capital, esta estudiante del colegio Cor de Maria de Maó afirmaba a «Es Diari» que «ha sido divertido y muy emocionante» y que había tenido la oportunidad de hablar con Leonor. «Después del acto nos hemos hecho una foto con la Princesa de Asturias y otra con el rey, la reina, la princesa y la infanta», y fue allí donde «nos ha saludado y hemos hablado con ella, contándonos lo que conoce de cada comunidad».

Además, la heredera al trono confesó un secreto. «Nos ha dicho que el Toisón de Oro está enganchado con un imán», señaló Fátima Ameller, contenta por haber asistido a este acontecimiento.

«Lo que más me ha gustado ha sido cuando le han puesto el Toisón, y también el picoteo de después, porque hemos podido saludarlos a todos».

Fátima Ameller recordaba que esta no era la primera ocasión que coincidia con miembros de la Casa Real. En diciembre de 2016 asistió a la audiencia con el rey cuando fue la ganadora autonómica del concurso por su original maqueta en la que mostraba una colorida flota capitaneada por Felipe VI. Decía, entonces, que «para mi un rey es como un entrenador de piragua porque debe aconsejarnos y escucharnos cuando tenemos algún problema en medio del mar».