De esta forma, durante este martes se vieron varias escenas y situaciones donde la enseña nacional no era pitada ni abucheada, sino todo lo contrario.
Es el caso, por ejemplo, de un joven que se manifestó en Girona con una bandera española y una pancarta en la que se podía leer «no quiero la independencia pero no puedo quedarme en casa mientras golpean a mi pueblo», y cuya aportación fue aplaudida y agradecida por otros concentrados.
En un tono más festivo pudo verse a dos mujeres bailando con la bandera rojigualda. A una la acompañaron aplausos de los manifestantes y gritos de «democracia».
A otra, frente a la comisaría de Policía de Via Laietana de Barcelona incluso la sacó a bailar un bombero.
3 comentarios
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aplaudien a aquests portadors de banderes espanyoles i alhora escridassen a les persones que havien decidit anar a treballar per que no estan d'acord amb només culpar la violència quan ve d'una banda i s'obliden de la violència dels sltres i situacions inhumanes d'assetjament que estan patint els fills de policies i guàrdies civils...no quadra.
Esta muy claro que la violencia injustificada produce un efecto boomerang ahora mismo en Cataluña hay una mayoria muy grande contra el gobierno de Rajoy y entre esta gran mayoria hay miles de personas que no son independistas,por si no faltaba nada el ciudadano Guerra recomienda mandar el ejercito a Cataluña,creo que hemos perdido este trozo de España para siempre sentimentalmente hablando..
Aquesta notícia no té comentaris?? és ben ver que hi ha gent que no més vol veure lo que vol veure. A Catalunya hi ha, i hi havia pau, i n'hi tornarà haver quan se'n vagin policia nacional i guardia civils