Salah El Karib, en una imagen de archivo de cuando fue trasladado a la Audiencia Nacional. | J. J. Guill

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El dueño del locutorio de Ripoll detenido hasta el jueves por los atentados en Barcelona y Cambrils (Tarragona), Salh el Karib, ha salido este viernes a las 11 de su piso con su hijo y su mujer, que le ha definido como «una víctima más», y él se ha limitado a decir textualmente que está mal.

El Karib ha llegado a Ripoll de madrugada desde Madrid tras quedar el jueves en libertad provisional porque «no tiene nada que ver» con los atentados, según ha destacado su mujer en declaraciones a los medios al salir de su casa.

Él ha salido por la puerta con su hijo en brazos, y sin la barba con la que se le vio declarar en la Audiencia Nacional: se ha limitado a decir que está «mal» y se ha subido a un coche.

La mujer se ha quedado en la puerta atendiendo a los medios, y ha explicado que su marido está «tranquilo, porque el juzgado le ha dicho que no tienen nada contra él».

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Buen trato

«Es una de las víctimas y a él no le gusta lo que pasó», ha asegurado la mujer, que también ha añadido que su marido está muy contento por el buen trato que ha recibido de los Mossos d'Esquadra y de la Audiencia Nacional.

«Él dice mucho 'lo siento' por lo de Barcelona, con lo que no tiene nada que ver. Él dice mucho 'lo siento' por lo de Barcelona porque nosotros estamos en contra del terrorismo», ha añadido.

Tanto ella como su marido y el resto de la familia se han puesto a disposición de la justicia y no piensan abandonar su domicilio de Ripoll porque no han hecho «nada malo».

Preguntada por si conocían a los terroristas, ha dicho que «de vista y ya está», y ha asegurado que no han cometido ningún delito ni participado en nada relacionado con los atentados.