«Hay un objetivo de déficit que hay que cumplir, pero la Defensa importa y los riesgos y amenazas son ciertos y esto hay que trasladarlo de forma realista a un presupuesto ajustado», ha explicado Cospedal durante su primera comparecencia en la Comisión de Defensa del Congreso para exponer sus planes al frente del ministerio.
Ante esta situación, ha ofrecido a los grupos parlamentarios un «diálogo abierto» y se ha mostrado partidaria de trabajar para concretar una «ley de planificación presupuestaria» porque «las capacidades militares no se pueden improvisar y hace falta un planteamiento que garantice los medios necesarios y un compromiso presupuestario a largo plazo».
«Se precisa de un planeamiento y de una estabilidad que garanticen la disponibilidad de medios en plazo y forma que pueda desembocar en un compromiso presupuestario estable y duradero con la defensa, su dotación, su capacidad inversora y su base industrial», ha explicado.
La ministra ha confirmado también que su departamento volverá a incluir en su presupuesto anual los pagos de los programas especiales de armamento (PEA), de modo que las cuentas públicas del ministerio se incrementarán el año que viene aproximadamente un 30 por ciento.
Así, el gasto en Defensa que presentará el Gobierno próximamente en su proyecto de Presupuestos Generales del Estado se verá incrementado en 1.824,5 millones de euros correspondientes al pago de la deuda de los programas de armamento de 2016 -que no se había abonado al estar el Ejecutivo en funciones- y 2017.
Todo incluido en el mismo presupuesto
La ministra ha querido dejar claro que esto no significa que el presupuesto anual de Defensa vaya a aumentar el año que viene, sino que se va a incluir en las cuentas públicas lo que en los últimos años se venía separando: en la pasada legislatura, el Gobierno había optado por una fórmula distinta para pagar la deuda del armamento y era aprobar cada verano un crédito extraordinario mediante un decreto.
Esta vía del decreto fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional, de modo que el ministerio que dirige Cospedal ha decidido incluir todos los pagos de armamento en el presupuesto anual que será aprobado próximamente.
Durante la comparecencia, la ministra ha subrayado la necesidad de contar con una base industrial para «dar estabilidad al modelo de los programas de armamento» y así lograr que España tenga unas Fuerzas Armadas «preparadas y adaptadas a los nuevos tiempos» y a los nuevos «desafíos» a los que deben hacer frente.
Según ha destacado, «uno de los objetivos fundamentales de cualquier ministro de Defensa es tener unas Fuerzas Armadas que estén plenamente preparadas y adaptadas a los nuevos tiempos, contar con medios materiales y equipos a la altura de las circunstancias, en un escenario en el que la tecnología juega un papel capital».
Eso sí, Cospedal ha reconocido que los programas especiales de armamento se enfrentan hoy en día a una «triple encrucijada», que es «la búsqueda de soluciones para garantizar pagos e inversiones, la continuidad del ciclo inversor y la consolidación de una industria europea común de Defensa».
Para ello, la ministra ha adelantado que su departamento abordará la «puesta en marcha de un ciclo inversor viable que permita el desarrollo de nuevos programas tecnológicos, partiendo del estudio de los proyectos de I+D», ya que algunos de los sistemas de armas que se adquirieron en los programas especiales tienen ya más de 20 años.
Objetivos de fuerza a largo plazo
De este modo, ha explicado que el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) constituyó el pasado abril un grupo de trabajo con las autoridades de planeamiento -el secretario de Estado de Defensa y el subsecretario de Defensa- «para comenzar a desarrollar el Objetivo de Fuerza a Largo Plazo, que establecerá las capacidades necesarias y priorizadas, en función del entorno estratégico y operativo previsible en el largo plazo».
En todo caso, la ministra ha querido dejar claro que «ninguna nación puede asumir por sí sola la defensa de sus intereses», motivo por el cual España, junto con otras naciones como Francia, Italia y Alemania, quiere impulsar en el marco de la UE el ámbito de la Defensa, tanto en las políticas como en la industria.
Durante el turno de réplica, los portavoces del PSOE y Ciudadanos, Ricardo Cortés y Miguel Gutiérrez, respectivamente, han calificado como una «buena noticia» que el ministerio haya decidido incluir en su presupuesto el coste de la deuda de armamento, pero han coincidido en señalar que esto no resuelve el problema de la financiación del armamento para las Fuerzas Armadas.
Por eso, tanto el representante socialista como el del partido naranja se han mostrado de acuerdo, ya que ambos lo llevaban en sus programas electorales, en iniciar los trabajos para consensuar entre el Ministerio de Defensa y las fuerzas políticas un programa de financiación del armamento que dé estabilidad al gasto y que éste se pueda planificar a largo plazo.
No es un cheque en blanco
Cortés ha advertido a la ministra de que este ofrecimiento a la colaboración por parte del PSOE no será un «cheque en blanco» a su gestión, mientras que Gutiérrez ha pedido a Cospedal que ponga en marcha un modelo de Fuerzas Armadas «más efectivo, más compacto, más racional en su composición y con una implantación geográfica distinta».
El representante de Podemos, Juan Antonio Delgado, no ha mencionado el programa de financiación para los programas de armamento, sino que ha denunciado la «opacidad» que, a su juicio, ha caracterizado a este asunto desde el principio, por lo que ha demandado más transparencia en este sentido.
La ministra ha rechazado esta afirmación, ya que considera que «no ha habido oscurantismo», sino «deficiencias en el procedimiento elegido» para pagar la deuda del armamento, a través de decretos. Así, ha remarcado que a partir de ahora los presupuestos expondrán de forma «clara» los pagos a este respecto y, si hay cambios en el futuro, también se podrán consultar en las cuentas anuales.
«Recorten en desfiles»
La mayor polémica de la comisión ha surgido tras la intervención de la portavoz de ERC, Teresa Jordà, quien considera «vergonzoso» el gasto militar «mientras continúan los recortes sociales». «Recorten en desfiles, en un ejército sobredimensionado de altos cargos, en el envío de tropas al exterior, en propaganda militar. No podemos permitir que esto se financie con el dinero para la sanidad», ha afirmado.
Cospedal ha contestado que «para que una sociedad pueda sentirse libre hace falta vivir en una sociedad segura», mientras que el portavoz del PP, Ricardo Tarno, le ha pedido que «gasten mejor el dinero en la Generalitat» y que no dediquen su presupuesto a política identitaria, sino a sanidad y educación.
Jordà ha respondido que este año el Gobierno catalán ha dedicado 1.170 millones de euros más a gasto social con respecto a 2015, tras lo cual ha señalado que entiende cuál es la obligación de las Fuerzas Armadas, pero que «esto es tan legítimo como que en Cataluña se haga lo que decida el pueblo catalán».
«Las Fuerzas Armadas cumplen estrictamente la ley, que es lo mismo que le pedimos a los catalanes, que es el cumplimiento de la ley», ha replicado el portavoz parlamentario 'popular'.
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