Martínez lo ha confesado durante su comparecencia en el juicio por el crimen, del que también están acusadas su madre y asesina confesa, Montserrat González, y la policía local Raquel Gago, que declarará también este miércoles.
A preguntas del fiscal, Triana, que también ha reconocido que el 12 de mayo de 2014 su madre la avisó que había visto a Carrasco e iba a acabar con ella, ha asegurado que la víctima le había perjudicado como presidenta de la Diputación.
¿En qué?, le ha interrogado el fiscal. «En la vida», ha respondido la joven antes de señalar que la Diputación creó una plaza para ella, «pero como no me quise acostar con ella, se encargó de enchufar a otro» para ese puesto.
Ha reconocido que no había contado el hecho a sus allegados porque sentía «vergüenza». «Me sentí mal y solo se lo conté a mi madre», pero no comentó nada de ese supuesto acoso a su padre, inspector del Cuerpo Nacional de Policía.
Fue tras las vacaciones de Navidad de 2010 cuando Carrasco citó a Triana en su casa para que le instalara una aplicación de llamadas.
Ya en la vivienda, ha relatado la acusada, de 36 años, Carrasco le dijo que la plaza había salido y le instó a quedarse porque tenía «mucho que ganar». «Me besó y se me insinuó todo el rato», ha agregado.
Meses después, Triana sí habló de este incidente con otras personas, en concreto con los psiquiatras, que se lo «sacaron».
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