El profesor universitario Jesús Neira, que en 2008 recibió una paliza por recriminar a un hombre, Antonio Puerta, que estuviera maltratando a una mujer, ha muerto hoy en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid).
Fuentes de la familia han confirmado que Neira, de 62 años, ha fallecido sobre las 11.45 horas en el referido centro hospitalario en el que permanecía en coma desde hace varios días tras sufrir un derrame cerebral.
Jesús Neira estuvo más de ocho meses ingresado en el hospital después de que el 2 de agosto de 2008 fuera agredido por Antonio Puerta, a quien había recriminado que estuviese maltratando a su novia, Violeta Santander, a la entrada de un hotel en Majadahonda.
Neira, que estaba acompañado por su hijo cuando recibió la paliza, entró en coma cuatro días después de la agresión y desde entonces se tuvo que someter a distintas intervenciones quirúrgicas, entre ellas una craneoplastia y la implantación de un marcapasos, y a continuas sesiones de rehabilitación.
Por su parte, Antonio Puerta fue condenado en noviembre de 2009 a siete meses y quince días de prisión por los malos tratos que infligió aquel día a su pareja, y falleció tras ingerir drogas en octubre de 2010.
El gesto de Jesús Neira, periodista y profesor de Derecho en la Universidad Camilo José Cela, en defensa de las mujeres maltratadas le valió numerosos galardones, como la Medalla de Oro del Senado, la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid; el Premio Derechos Humanos, y el premio Antena de Oro a los Valores Sociales que concede la Federación de Asociaciones de Radio Televisión de España.
En 2009 presidió el Consejo Asesor del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid pero durante su mandato fue condenado a 1.800 euros de multa y a la retirada del carné de conducir durante diez meses por superar el nivel de alcohol en sangre durante un control, lo que generó numerosas críticas y su cese por parte del Gobierno que presidía Esperanza Aguirre.
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¡He ahí un hombre! Como diría Julio César. Digno y consecuente con sus ideas, que le ha ocurrido lo que a tantos valientes: morir a manos de un degenerado. Me alegra que el degenerado que lo mató haya muerto por sobredosis de venenos.