Los reyes Juan Carlos y Sofía son recibidos por Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, a su llegada al funeral en memoria de Cayetana Fitz-James Stuart | Efe

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Los Reyes Juan Carlos y Sofía presiden en la basílica madrileña de San Francisco el Grande el funeral en memoria de la duquesa de Alba oficiado por el cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo, que ha comenzado en torno a las 20:00 horas de este lunes.

El hijo mayor de la duquesa, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, y el viudo de Cayetana de Alba, Alfonso Díez, acompañados de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, han recibido a don Juan Carlos y doña Sofía a su llegada al templo, entre vivas a los Reyes y aplausos del público congregado a sus puertas.

Después, ambos han subido las escaleras, el Rey Juan Carlos del brazo de Alfonso Díez y doña Sofía con el duque de Huéscar, y en el acceso a la basílica han saludado a los demás hijos de la duquesa, así como a la mayoría de sus nietos.

A la ceremonia asisten el presidente del Senado, Pío García-Escudero, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, la defensora del pueblo, Soledad Becerril, así como numerosos representantes de la aristocracia, del mundo de la cultura y del toreo.

Unas 700 personas han llenado el templo, donde se ha ubicado un sitial, a la derecha del altar mayor, para que desde allí don Juan Carlos y doña Sofía puedan presidir la ceremonia.

Se trata del segundo gran funeral por la duquesa tras el que tuvo lugar en la catedral de Sevilla el pasado 21 de noviembre, también oficiado por el cardenal Carlos Amigo y el arzobispo José Asenjo al día siguiente del fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva.

En representación del Rey, la infanta Elena asistió a aquel funeral, en el que se despidieron de Cayetana de Alba casi cuatro mil personas, entre familiares, allegados a la fallecida y curiosos.

La XVIII duquesa de Alba de Tormes falleció a los 88 años en el palacio de las Dueñas de Sevilla y, tras el funeral de la catedral sevillana, una parte de sus cenizas fueron depositadas en la iglesia del Valle, sede de la Hermandad de los Gitanos, donde también se celebró un oficio religioso.