Un preso ha elevado una queja ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias por el «trato de favor» que, según dice, está recibiendo el extorero José Ortega Cano, interno en la cárcel de Zuera (Zaragoza) desde el pasado 23 de abril tras ser condenado a dos años y medio de cárcel por provocar un accidente de tráfico en mayo de 2011 en el que falleció un vecino de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) identificado como Carlos Parra.
En la queja, este interno pone de manifiesto que Ortega Cano, antes de ingresar en prisión, «ya fue más que muy bien tratado», ya que fue condenado por este «asesinato» a una pena de cárcel «miserable» y además «se le permitió presentar una serie de recursos, todos ellos para tratar de evitar su ingreso en prisión y después de burlarse de la familia de la víctima».
«Hasta su ingreso en prisión, se dedicó a casarse, a tener un hijo, a promover una serie de negocios, y a tratar que su hijo adoptivo fuera muy bien tratado por la justicia, y para todo ello gozaba de una sobrada salud», dice el preso, actualmente en una cárcel de la provincia de Orense, que añade que «para escabullirse utiliza la falta de su salud, cuando la tiene más que sobrada», a todo lo cual se suma que no ha demostrado «ni un ápice de arrepentimiento», aunque «con todas las atrocidades que ha demostrado, su arrepentimiento sería más que falso».
El interno asevera que, «para cumplir su tan por cierto miserable y a la vez tan merecida condena, resulta que ha decidido cumplir dicha condena en el centro penitenciario de Zuera», y todo ello «porque resulta que allí su abogado» tiene «muy buenos contactos y amistades políticas», por lo que Ortega Cano puede ser «muy bien atendido a pesar de haber asesinado a Carlos Parra».
«TODOS LOS ESPAÑOLES SON IGUALES ANTE LA LEY»
Además, el extorero «cuenta con un médico amigo suyo y que presta sus servicios en dicho centro penitenciario», con lo cual «es muy posible que dicho amigo médico se dedique a regalarle informes médicos con contenidos más que sospechosos», pone de manifiesto el recluso, que insiste en que el extorero se ha «mofado, burlado y reído» de la familia del fallecido «a diario y hasta inclusive en la celebración de su juicio».
A juicio del interno, «todas las atenciones» que «se le están ofreciendo» al condenado «vulneran el artículo de la Constitución española que dice que todos los españoles son iguales ante la Ley», pues, frente a ello, se tiene «olvidados» al resto de presos, «entre los que se encuentran personas cumpliendo una condena más ínfima por hurtar unos euros para comprarse unos miserables bocadillos».
El interno, en su queja, critica que Ortega Cano «resulta ser el peor de todos los reclusos» y «tendría que ser tratado en la prisión igual o peor que los demás reclusos».
CONDENA «MISERABLE»
Asimismo, y para evitar este «trato de favor», el preso solicita a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que ordene el «inmediato» traslado del extorero a otra cárcel «de las numerosas que existen en España» donde «se le trate igual» que al resto de presos, ya que Ortega Cano «es el peor de todos ellos».
En este sentido, pide que «se le obligue a convivir a diario con los demás reclusos» y que cumpla la «totalidad» de la «miserable» condena impuesta, así como que, «cuando se queje de su sobrada salud, sea tratado igual que todos los demás reclusos» y se investigue si sus «quejidos» «forman parte de una presunta y sospechosa farsa, algo a los que ya nos tiene muy acostumbrados».
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