Asentamiento. Un campamento de beduinos frente a la ciudad asentamiento de Maalé Adumim - Reuters

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Israel seguirá adelante con la polémica construcción de viviendas en una zona crucial próxima a Jerusalén que romperá la continuidad territorial palestina, a pesar de la ola de condenas internacionales que ha generado la decisión, informaron ayer fuentes gubernamentales a la edición digital del diario Haaretz.

"Seguiremos defendiendo nuestros intereses vitales frente a la presión internacional y no habrá ningún cambio en la decisión adoptada", aseguraron al diario destacadas fuentes en la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que aprobó el plan el viernes en represalia por el reconocimiento del Estado de Palestina en la Asamblea General de la ONU.

El Gobierno israelí considera que la petición violó los acuerdos existentes entre las partes, por lo que, según las fuentes, "no es de extrañar que Israel no se haya quedado de brazos cruzados" y aprobara extender la colonización.


"Si ellos (los palestinos) continúan dando pasos unilaterales, Israel actuará en consecuencia", agregaron.

Horas después del reconocimiento de Palestina como Estado observador de la ONU, el gobierno israelí aprobó 3.000 nuevas viviendas en distintos asentamientos de Cisjordania y reactivó los planes para construir en la zona conocida como E-1, entre Jerusalén y la ciudad-asentamiento de Maalé Adumim.


El plan E-1, aparcado hace años por Israel tras las fuertes presiones que ejerció el ex presidente estadounidense George W. Bush, pretende conectar la colonia de Maale Adumim a la parte oriental de Jerusalén.


Debido a su alcance, no saldría adelante hasta dentro de varios años, porque tendría que pasar las diversas fases de planificación urbana y aprobación en distintas instituciones israelíes.

Por las dramáticas consecuencias que estos planes tendrán para la solución de dos estados, España, Gran Bretaña, Francia, Suecia y Dinamarca condenaron la decisión y convocaron a los embajadores israelíes en sus respectivas capitales para dar explicaciones y pedirles que Israel "retire el proyecto".

El Gobierno de los Estados Unidos también criticó ayer de nuevo el plan de Israel de construir 3.000 asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este y pidió al Gobierno israelí que revise esa decisión, por considerarla "especialmente dañina" para el proceso de paz.