"Política para bufones", un libro con mirada humorística

Y lo hace, según relata el autor en una entrevista con Efe, utilizando las "bromas y anécdotas" que ha dejado la historia de las ideas políticas, al igual que hizo, pero tomando como referencia la filosofía, con sus dos anteriores libros: "Filosofía para bufones" y "La sonrisa de Voltaire".

González Calero ha querido acercar al lector medio las diferentes ideas que han marcado las decisiones políticas y, para ello, ha echado mano del humor para hacer el libro más asequible y ameno, apto para todos los públicos, ya que, tal y como señala el propio autor, "no se necesita tener un conocimiento técnico para entenderlo".

Cada epígrafe del libro, de página o página y media, recoge una idea política dominante en una determinada época o hace referencia a un "pensador" del momento, que González Calero traslada al lector en un lenguaje fácil.

Más difícil le ha resultado rematar cada epígrafe con una anécdota, o "broma" como él llama, que le ha costado recopilar pero que, finalmente, le ha resultado gratificante transcribir para poner en evidencia a los déspotas y "ridiculizar" algunos de los argumentos con los que los "tiranos" han querido convencer al pueblo.

Cuando se le pregunta que elija alguna de las anécdotas que más le gustan, González Calero no duda y recuerda la conversación que Alejandro Magno mantuvo con un pirata cuando reprochó a éste su oficio. "Soy pirata -le replicó- porque no tengo nada más que un barco. Si tuviera una flota me llamarían conquistador".

Reconoce el autor en su conversación con Efe que la política no está para bromas ni, por supuesto, la economía, pero cree que los ciudadanos deben hacer un esfuerzo para "poner humor" a lo que está sucediendo, porque como dijo el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, "el ser humano es un animal que sufre tan intensamente que tuvo que inventar la risa".

¿Hay actualmente ideas políticas? González Calero cree que sí hay alternativas, pero la "dominante" es la neoliberal que "arrasa la economía" y que los gobiernos han hecho suya en casi todos los países, incluidos aquellos dirigidos por los socialdemócratas, que "se ven muy lastrados" por ella.

Por ello, y a pesar de que ha demostrado que "no ha dado soluciones a la crisis", el autor se muestra pesimista y no confía en que las ideas alternativas puedan prosperar mientras "los que manden sigan siendo los ricos".