Forn. El primer teniente de alcalde defiende la medida - Archivo

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El Ayuntamiento de Barcelona acordó ayer modificar dos artículos de la ordenanza de civismo aprobada en 2006 para endurecerla y prohibir la prostitución en la calle, una medida que entrará en vigor antes de verano una vez finalizada su tramitación.

En la Comisión de Presidencia y Régimen Interior, el Gobierno municipal apoyó una proposición del PP --apoyada por CiU y rechazada por PSC, ICV-EUiA y UpB-- que acuerda cambiar los artículos 39 y 40 de la ordenanza y prohibir que se ofrezca, solicite, negocie o acepte cualquier servicio sexual retribuido en el espacio público.

El primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn, defendió el "claro compromiso" del consistorio para erradicar esta práctica, y explicó que se priorizarán los instrumentos para actuar con más firmeza contra los clientes, por lo que se encarecerán las sanciones y se eliminará el aviso previo a quienes demandan servicios sexuales.

"Queremos prohibir y perseguir a quien demande, y en este momento el aviso previo es un inconveniente grave para ir contra estas personas", aseveró y añadió que la Guardia Urbana ya se ha expresado en contra de este instrumento por la dificultad que supone para sancionar.

Forn explicó que el consistorio basa su estrategia en tres prioridades: la aplicación estricta de la ordenanza; la coordinación policial en la lucha contra las redes de prostitución, y el trabajo con la Agencia para el Abordaje Integral de Trabajo Sexual (Abits).

El primer teniente de alcalde destacó que el consistorio ha aumentado un 67 por ciento la partida de los presupuestos municipales destinado a esta agencia para desarrollar programas y recursos de apoyo a las mujeres que quieran salir de la prostitución.