El papa Benedicto XVI expresó ayer en su discurso de llegada a Croacia su esperanza de que este país entre pronto en la Unión Europea, a la que aportará -dijo- su "patrimonio espiritual y cultural".
"Que esta querida nación, con la fuerza de su rica tradición, contribuya a que la Unión Europea valore de forma integral ese patrimonio espiritual y cultural" de trece siglos de unión con el Vaticano, dijo el pontífice tras ser recibido por las autoridades políticas y religiosas en el aeropuerto de Zagreb.
Benedicto XVI inició ayer una visita estatal y pastoral de dos días a Croacia, la primera a este país balcánico con una población predominantemente católica.
El papa recordó que el viaje se produce ante el vigésimo aniversario de la independencia de Croacia y ante su pronta adhesión a la UE como miembro de pleno derecho.
Destacó también que su visita se celebra bajo el lema "Juntos en Cristo", que coincide hoy con el Día Nacional de la Familia Católica Croata, y expresó el deseo de que su estancia reafirme los valores de la vida en familia.
"Que este importante acontecimiento sea ocasión para destacar los valores de la vida de familia y el bien general, el fortalecimiento de la unidad, la revitalización de la esperanza y de la unión con Dios, que es el fundamento de la convivencia fraternal y de la solidaridad social", dijo.
Por su parte, el presidente croata, Ivo Josipovic, agradeció en su intervención de bienvenida el importante papel del Vaticano en 1991, como el primer estado que reconoció su independencia, "gesto decisivo para la supervivencia de Croacia y el cese de la agresión".
El mandatario agnóstico croata también agradeció el papel decisivo que, en su opinión, tuvo la Iglesia católica en la preservación de la identidad nacional "en la época del totalitarismo".
Agradeció, además, el constante aliento de la Santa Sede a Croacia en su camino hacia la integración en la UE, por sus mensajes de amor y paz, apoyo a la familia y otros valores fundamentales.
El Pontífice fue recibido en el aeropuerto por el presidente Josipovic; el arzobispo de Zagreb, cardenal Josip Bozanic; el presidente de la conferencia episcopal croata, arzobispo Marin Srakic, y una familia católica con cinco niños, que le entregaron flores.
Benedicto XVI se reunió ayer con Josipovic y la primera ministra croata, Jadranka Kosor, y después, en el Teatro Nacional, con alrededor de 700 representantes de la vida religiosa, cultural y económica del país, así como con el cuerpo diplomático en Zagreb.
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