Edificio. El alquiler de un apartamento de dos habitaciones ronda los 4.250 dólares - REUTERS

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El exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn, pasó ayer su primera noche fuera de la cárcel confinado en un edificio del bajo Manhattan, mientras se intensifica la búsqueda de un sucesor al frente del organismo.

La tempestuosa detención del economista francés, quien tenía por delante una prometedora carrera política en Francia, ha dejado descabezado al importante organismo financiero, que ya ha puesto en marcha su maquinaria para encontrar un sustituto.
El FMI ha anunciado que mañana comenzará un proceso "abierto, basado en méritos y transparente" de búsqueda de candidatos, que concluirá el 30 de junio con la elección del nuevo director gerente de la institución.

Pese a que varios países emergentes han reclamado que deje de ser un europeo el que ocupe el cargo, todas las miradas se dirigen hacia la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, que despunta como la candidata favorita para suceder a su compatriota.

Con fama de inteligente y dura negociadora, Lagarde se ganó ayer el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, quien afirmó que la francesa se encuentra en una "excelente posición" para ocupar el cargo.No obstante, se espera que los países emergentes intenten presentar a sus propios candidatos para romper la tradición y hacer valer su peso creciente en la economía mundial. El periodo de nominaciones para la presentación de candidaturas se prolongará hasta el 10 de junio.

Mientras, Dominique Strauss-Kahn pasó ayer su primera noche fuera de la cárcel, confinado en un edificio del sur de Manhattan donde ayer se concentraron fotógrafos, periodistas y curiosos en busca de una imagen del economista francés,
Strauss-Kahn abandonó el viernes la cárcel neoyorquina de Rikers Island tras pagar una fianza de un millón de dólares y depositar un aval por otros cinco. El juez aceptó estos términos para confinar a DSK, como se le conoce en Francia, a un arresto domiciliario de alta seguridad.

Su esposa, la periodista Anne Sinclair, que ya se encuentra en Nueva York y los que los medios galos atribuyen una fortuna mayor que su marido, trató esta semana de alquilar un apartamento de 14.000 dólares mensuales en un edificio lujoso del Alto Manhattan, pero la comunidad de vecinos se negó a soportar el acoso de la prensa y la presencia policial.