Xiaobo. El escritor y luchador pro Derechos Humanos, de 54 años, junto a su esposa Liu Xia - Reuters

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Es posible que el disidente y preso político chino, Liu Xiaobo, aún no conozca la noticia de su nombramiento como Premio Nobel de la Paz 2010, lo que sí es seguro es que Liu no podrá recoger el prestigioso galardón porque está cumpliendo once años de prisión. El aviso que el viceministro chino de Asuntos Exteriores, Fiu Ying, dio al Instituto Nobel durante su visita oficial a Oslo, no ha sido suficiente para que el jurado premiara su "larga y no violenta lucha en favor de los Derechos Humanos elementales en China". Tal y como advirtió el viceministro chino, las relaciones diplomáticas y comerciales entre China y Noruega han empezado a verse afectadas.

Pekín, que calificó la decisión de obscenidad contra el Premio Nobel de la Paz, llamó a consultas al embajador noruego, lo que ha desatado tensiones diplomáticas entre ambos países. El Comité Nobel, por su parte, recuerda que "desde hace dos décadas, Liu ha sido un firme portavoz en favor de la aplicación de los Derechos Humanos en China". El Gobierno chino detuvo además en diversas zonas de Pekín a una veintena de disidentes que celebran la concesión del premio a Xiaobo.

Ya en el mes de septiembre, un portavoz del Ministerio declaró que las actividades de Xiaobo son "diametralmente opuestas a los objetivos del Premio Nobel". Noruega ha respondido a China que el Comité del Premio Nobel de la Paz es nombrado por el Parlamento del país y formado por antiguos políticos, por lo que es un órgano independiente. En cuanto a la advertencia de las consecuencias negativas para las relaciones entre los dos países tras este premio, el ministro de Exteriores noruego, Jonas Gahr Stoere, ha afirmado que el Gobierno chino "no tiene motivos" para actuar contra noruega por la concesión del Premio Nobel a Liu Xiaobo.

Así, en un comunicado emitido ayer, el Comité Nobel noruego anunció que "considera desde hace tiempo que existe una estrecha relación entre Derechos Humanos y paz", y que tales derechos "son un requisito para la 'fraternidad entre las naciones' a la que se refirió Alfred Nobel en su testamento".

"En las últimas décadas, China ha logrado avances económicos difíciles de igualar en la historia", señala el Comité. "El país tiene en la actualidad la segunda economía más fuerte del mundo, cientos de millones de personas han salido de la pobreza y el ámbito de la participación política también se ha ampliado", prosigue.

Libertades restringidas

Esta nueva situación de China "entraña mayores responsabilidades", estima el Comité noruego. "China forma parte de varios acuerdos internacionales de los que es signataria, así como dispone de sus propias disposiciones respecto a los derechos políticos", continúa. Por ejemplo, precisa, "el artículo 35 de la Constitución de China establece que 'los ciudadanos de la República Popular de China disfrutan de libertad de expresión, de prensa, de reunión, de asociación y de manifestación'".

"En la práctica, está demostrado que estas libertades están claramente restringidas para los ciudadanos chinos", lamenta el Comité Nobel. Es el caso de Liu Xiaobo, un antiguo profesor de Literatura de 54 años que fue condenado a once años de cárcel en diciembre de 2009 por redactar un manifiesto en 2008 junto a otros activistas de su país, con motivo del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas. En el texto firmado por Liu, se reclama la libertad de expresión y la convocatoria de elecciones multipartidistas.