Soledad. El ministro Corbacho, ayer en el pleno del Congreso de los Diputados - Reuters

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El PSOE escenificó ayer su soledad parlamentaria al ser el único partido que apoyó la reforma laboral propuesta por el Gobierno y cuyos votos sirvieron para convalidarla frente a las abstenciones del PP, CiU, PNV, CC, UPyD y UPN (que obtuvieron más votos que el PSOE) y los rechazos de ERC-IU-ICV, BNG y NaBai.

En cualquier caso, todos los grupos parlamentarios respaldaron por unanimidad que el decreto de la reforma laboral sea tramitado como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia con el objetivo de que se puedan introducir enmiendas en la tramitación parlamentaria.

En la convalidación del decreto sorprendió la abstención del diputado socialista y ex secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, que decidió no seguir la directriz del partido.

Gutiérrez consideró que el decreto aprobado por el Gobierno sobre la reforma laboral es "un desaguisado" que "abarata todos los despidos" y aseguró que se trata de una discrepancia "puntual" y que por encima de todo está el respeto a la libertad individual y colectiva.

A este respecto, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que no está molesto con esta decisión y que siente "mucho" respeto por su opinión.

Antes de la votación en la Cámara Baja, Zapatero reprochó en el Senado al PP "no haber tenido el valor" de poner encima de la mesa su propia propuesta de reforma laboral, y en lugar de eso, limitarse a criticar la del Ejecutivo.

En la sesión de control y en respuesta al portavoz del PP, Pío García Escudero, el presidente le dijo que el Gobierno está "esperando una sola de sus propuestas, una sola de sus medidas" en esta materia.

Asimismo, durante su intervención en el Congreso, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró que la reforma laboral favorece directamente a más de 8 millones de parados o trabajadores con un contrato temporal, mientras que mantiene los derechos de otros 11,5 millones de asalariados con contrato estable.

Según el ministro, la reforma no abarata el despido, puesto que cualquier trabajador con contrato indefinido percibirá la misma indemnización "antes y después de la reforma".

Dentro de las abstenciones, el portavoz de CiU en la Comisión de Trabajo, Carles Campuzano, insistió en que la reforma "no supone una revolución del sistema de relaciones laborales" y dijo que "quedan aspectos sustanciales a debatir" como mejorar la flexibilidad interna de las empresas o las políticas de formación.