Nos cuenta que este Lancia Delta HP de 1987 lo encontró en Madrid, donde se lo compró a un conocido en 2014. El vehículo llegó a Palma casi inmaculado, por lo que no tuvo que hacerle casi nada, simplemente pulir algunos detalles y poco más. Diego siente pasión por este tipo de vehículos que en su día marcaron una época por su potencia y su gran fiabilidad para la conducción. Era un coche habitual en las competiciones de rallies. Y la velocidad y la potencia de su motor es lo que le encanta a nuestro interlocutor.
Reconoce que le gustaría poder tener más coches, pero el tema económico es importante, por eso intenta hacer todo el trabajo que puede con sus propias manos, aunque reconoce que su amigo Pepe Tur, que sabe mucho más de mecánica que él, es una gran ayuda. De todas formas no descarta en un futuro poder incorporar algún que otro vehículo, eso sí, que tenga un motor potente.
COCHE PARA TODO
Nuestro interlocutor no pertenece a ninguna asociación de clásicos, simplemente se reúne con un grupo de amigos con los que comparte esta afición.
El coche lo utiliza con mucha frecuencia, casi a diario, suele ir alternando a lo largo de la semana los tres que tiene para ir a trabajar o circular, con el fin de que estén siempre en perfecto estado, ya que estos coches lo que necesitan más que mantenimiento es circular para que todo esté bien engrasado. Además es una forma de poder disfrutar de él y así ahorrarse el clásico utilitario que tiene toda la gente para su vida diaria.
Por lo que respecta al coche, el Lancia Delta es un automóvil de turismo del segmento C producido por el fabricante italiano Lancia entre 1980 y 1999. Basado originalmente en la plataforma del Fiat Ritmo, registró buenos resultados tanto a nivel de calle como en rallies internacionales. El Delta fue votado Coche del Año en Europa en 1980.
La primera versión tuvo un razonable éxito de ventas, debido sobre todo a sus éxitos en competiciones internacionales y nacionales de las versiones 4x4, pero la edición denominada HF, que incluyó el motor de su hermano Integrale, catalizado, que rendía 190 CV, también incluía un avanzado sistema antibloqueo en las ruedas delanteras, suspensiones independientes en ambos ejes controladas electrónicamente y un bastidor con una puesta a punto que ponía en entredicho a los deportivos más punteros del momento.
Fue el modelo más famoso dotado de tracción a las cuatro ruedas y un potente motor, que Lancia sacó a la venta para homologar su vehículo para el reciente grupo A tras la prohibición de los grupos B en 1986.
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