Bernat Esteva junto a su Ford Sierra. | Teresa Ayuga

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Bernat Esteva nos presenta su Ford Sierra RS Cosworth de 1986, que compró en Girona en 2014, después de pasar por varios propietarios. Asegura que el coche llegó con algunas deficiencias importantes en tema de mecánica, chapa y pintura, y que su restauración no fue fácil ya que encontrar piezas de repuesto, a veces, es un misión con dificultades en la Isla, por lo que tienes que buscar en Madrid o directamente en Inglaterra.

Como casi la mayoría de coleccionistas empezó restaurando algunas motos y luego pasó al mítico 600.

Comenta que desde que salió al mercado este modelo le gustó y por eso y tras varios intentos consiguió hacerse con uno. Para ello se deshizo de un Ford Capri que tenía, ya que su mayor ilusión era tener un Sierra Cosworth.

FABRICACIÓN

Estamos hablando de un vehículo cuya fabricación fue limitada . Este modelo fue presentado por primera vez al público en el Salón de Ginebra, en marzo de 1985, con planes para lanzarlo a la venta en septiembre, y el cierre de la producción de los 5.000 coches coincidió con el verano de 1986.

En la práctica se puso a la venta en julio de 1986 y se fabricaron 5.554 unidades en total, de los cuales 500 fueron enviados a Tickford para la conversión en Sierra RS500 Cosworth, un modelo muy exclusivo dedicado casi por completo a la competición en rallies. El hecho de que se produjeran tan pocos es uno de los inconvenientes a la hora de encontrar piezas de repuesto y sobre todo vehículos, ya que son una rara avis muy cotizados y buscados por los amantes de la marca. Quizás Inglaterra sea donde más se encuentran pues hay una gran afición.

La idea principal de Ford al fabricar este coche era dedicarlo a la competición y así hacer frente a sus competidores de la época. Primero lucho sin éxito contra BMW y luego tuvo que sucumbir ante la aparición en el mercado de los Lancia y Mazda con la tracción 4×4. El Sierra era un coche con un motor potente pero sólo con tracción trasera y nunca pudo con sus competidores, quizás de ahí su corta vida en el mercado.