La estética del nuevo i40 ha recibido cambios no muy visibles, aunque sí importantes, entre los que cabe destacar un nuevo frontal más moderno con luces de led. | Miquel Àngel Llabrés

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El Hyundai i40 ha recibido cambios importantes desde su puesta a la venta en la primera versión, los cuales afectan a su imagen exterior, a los acabados y al equipamiento de serie, que ahora es mucho mejor, ya que dispone de todos los elementos de vanguardia en lo que se refiere a la seguridad y a la comodidad de sus pasajeros. Estéticamente cuenta con una línea muy estilizada, con un muy buen coeficiente aerodinámico. Su imagen recuerda un poco a la del Ford Mondeo.

La parte delantera se caracteriza por tener unos faros muy estirados, que llegan hasta el lateral del vehículo. A su vez, dentro tienen una línea de leds diurnos que lo hace muy atractivo a la vista. De la parte delantera también cabe destacar la gran parrilla frontal que llega prácticamente hasta la parte baja del parachoques. Otro elemento interesante son los faros antiniebla delanteros, que tienen también iluminación led.

La parte posterior del vehículo cuenta con una estética mucho más clásica, con unas tulipas muy estiradas, que llegan también a la parte lateral del automóvil. La doble salida de escape le da un cierto toque deportivo.

MOTOR
El propulsor del i40 que hemos probado es el 1.7 CRDi de 141 CV, que nos ha sorprendido agradablemente. La versión anterior desarrollaba 5 CV menos de potencia. En otra ocasión tuve la oportunidad de probar el motor de 115 CV y la verdad es que se nota mucho la diferencia de potencia entre uno y otro.

La aceleración del vehículo es bastante buena, ya que 10'3 segundos para pasar de 0 a 100 km/h no está nada mal. En la recuperación, el propulsor es bastante rápido para subir de vueltas gracias a unas marchas muy bien escalonadas y relativamente cortas. La verdad es que se trata de un vehículo ciertamente divertido de conducir con el habitáculo muy bien insonorizado en el interior, lo cual se agradece.

En cuanto al comportamiento, el i40 ha combinado perfectamente comodidad y dinamismo, con lo que permite cualquier tipo de conducción, incluso en carreteras viradas, donde el i40 aguanta el tipo perfectamente sin que se pierda la trazada con facilidad.

El interior del vehículo está bien conformado, aunque la consola central ocupa mucho espacio y dificulta un poco la colocación de las piernas del conductor, sin llegar a ser un problema. Los pasajeros de las plazas posteriores van cómodamente sentados, aunque el hecho de ser un vehículo relativamente bajo hace que la altura de las piernas sea un poco corta.

El maletero merece un capítulo aparte al contar con más de 500 litros de capacidad, si bien el acceso es un poco mejorable al tener una boca un poco pequeña, lo cual dificulta que se puedan colocar paquetes de grandes dimensiones.

La distribución de los marcadores es la lógica, con dos circunferencias grandes, y una pantalla central donde se combinan perfectamente la información analógica y la digital. La verdad es que se lee perfectamente la información contenida allí.

La consola central es donde tal vez se tendría que haber trabajado más para quitar algunos botones, que es lo que está haciendo la propia marca en vehículos de última generación como los nuevos i20 o Tucson. La pantalla táctil situada en la parte superior es de fácil lectura y bastante intuitiva, cosa que se agradece mucho.