Juan adquirió este coche en 2013 en Bélgica, que trajo desde allí a Mallorca. El gusanillo de los coches clásicos le viene de lejos, antes de conseguir este Chevrolet estaba intentando restaurar un Ford del 38, que terminó vendiendo para comprar este. Asegura que apenas se han hecho retoques en el coche: sólo algunos cambios en el interior, ya que estaba en muy buenas condiciones.
Juan no es mecánico pero intenta hacer lo que puede, sobre todo pequeños arreglos que no sean de mecánica que deja para su amigo Lorenzo Fullana. Comenta que no piensa parar con este coche y ya tiene un nuevo proyecto en mente que nos enseñará cuando esté terminado.
Sobre este coche poco que decir, solo con verlo se puede apreciar que está en perfectas condiciones y que, además, su propietario lo utiliza con frecuencia para sus desplazamientos por Palma. Salvo por la longitud y los consabidos problemas a la hora de aparcar, es como un turismo más.
1 comentario
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Que gozada! Pero debe fundir toneladas de gasolina... Es del tipo de coches, sólidos, potentes, rápidos y con capacidad de carga, que eran usados por los contrabandistas en la Mallorca de los años 40 y 50 y que corrian más que los de sus perseguidores. Tambien se usaban para bodas. Quedan poquísimos de ésta parte de la historia mallorquina. Muchos se han desguazado o vendido en la península. Como lo hizo el único y bellísimo Bugatti Atlantic que existía en Mallorca, color verde manzana y que fue vendido a un americano que se lo llevó rápidamente a USA entre 1955 y 1965. Deberían ser protegidos por los de Patrimonio para evitar que salgan de la isla.