El primer ministro británico, Keir Starmer, entregó a Trump una carta del monarca durante una rueda de prensa con periodistas en la Casa Blanca. Trump aceptó inmediatamente la invitación.
«Esto es realmente especial. Esto nunca ha sucedido antes. Esto no tiene precedentes», le dijo Starmer a Trump mientras le entregaba la carta.
«La respuesta es sí», respondió Trump, diciéndole a Starmer que asistiría con la primera dama Melania Trump. «Esperamos estar allí y honrar al rey, honrar al país». Todavía se desconoce la fecha en la que se producirá la visita.
La difunta reina Isabel recibió a Trump en una visita de Estado de tres días en junio de 2019 durante su primer mandato, donde asistió a un opulento banquete de Estado y a un almuerzo privado con la soberana, además de tomar un té con Carlos, que entonces era heredero. Esa visita ya colocó a Trump en un grupo selecto de presidentes estadounidenses, ya que sólo Barack Obama y George W. Bush tuvieron visitas oficiales de estado a Gran Bretaña durante los 70 años de Isabel en el trono.
También resultaría ser el último de los más de 110 que acogió durante su reinado antes de su muerte en septiembre de 2022. La visita no fue la única ocasión en la que Trump se reunió con Isabel. También fue invitado a tomar té en el Castillo de Windsor durante un viaje a Gran Bretaña en 2018, cuando se vio ampliamente que había roto el protocolo real al no inclinarse ante la reina y luego caminar frente a ella mientras inspeccionaban a una guardia militar.
Sus dos visitas también provocaron grandes protestas: su viaje de 2018 le costó a la policía más de 14 millones de libras, ya que se desplegaron 10.000 agentes de todo el país.
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