La infraestructura española sigue creciendo en Chile, en esta ocasión en el ámbito ferroviario. Las constructoras Sacyr y Dragados (filial de ACS) han resultado vencedoras de la licitación más grande de la historia del operador ferroviario estatal EFE Trenes: las obras del proyecto del tren de pasajeros Santiago-Melipilla, que reforzará la conexión de la región metropolitana del país andino. Según consta en los pliegos consultados por este medio, las firmas españolas se han adjudicado dos tramos del proyecto por un valor de 813 millones de dólares (748 millones de euros, al cambio actual).
En el caso de Sacyr, la compañía que preside Manuel Manrique se ha impuesto a un total de cinco ofertas económicas -que el operador no revela- para adjudicarse el tramo Melipilla-Malloco valorado en 345 millones de dólares (317 millones de euros). El otro tramo del proyecto, el que une las localidades de Lo Errázuriz-Malloco y está valorado en 468 millones de dólares (431 millones de euros) ha caído en manos de un consorcio formado por Dragados y la firma local Besalco, en una licitación competida entre cuatro pretendientes.
El arranque de ambas obras, previsto para el primer cuatrimestre del 2025, impulsará el avance del ambicioso proyecto que contempla una inversión de 1.877 millones de dólares (1.728 millones) que pretende unir la localidad de Alameda (Santiago) con Melpilla mediante un trayecto ferroviario de 61 kilómetros de extensión repartido entre 11 estaciones. Según los pliegos, el inicio de la operación desde Melipilla a Lo Errázuriz está previsto para 2029.
Chile, una mina de oro para las españolas
Con esta concesión, Sacyr pretende apuntalar su portfolio de activos en un mercado estratégico para la compañía. Desde su entrada en 1996, Sacyr opera en Chile una red de cinco aeropuertos y nueve rutas concesionadas, abarcando más de 6.000 kilómetros de carreteras que representan el 10% de la red viaria chilena. Su afán por seguir creciendo se ha visto reflejada en varias licitaciones recientes donde la constructora ha corrido la misma suerte.
Hace escasas semanas, se adjudicó la segunda concesión de la Ruta del Itata en Chile -gestionada hasta entonces por Globalvia- con una inversión cercana a los 516 millones para renovar y ampliar esta vía ubicada en el centro del país. A su vez, se mantiene al acecho de un contrato de 1.500 millones para gestionar la joya de la corona de la infraestructura viaria del país andino: la segunda concesión de la Ruta 68, gestionada hasta la fecha por Abertis.
Para Dragados, la sucursal de la empresa española en Chile suma un nuevo proyecto a su mochila en un mercado donde cuenta con una dilatada experiencia, especialmente en obras civiles. En su bagaje, destacan proyectos como la autopista Américo Vespucio (Santiago) o la reposición de la ruta Q-90.
Casi 6.000 millones en contratos por adjudicar
La ambición del Gobierno chileno por modernizar su red de infraestructuras ha situado al país como un foco de crecimiento para las constructoras internacionales, con especial interés entre las españolas. Tras dos años de escasa actividad la dirección de concesiones del MOP se ha implicado en desatascar las licitaciones pendientes del ejecutivo anterior mientras pone en marcha nuevos contratos. Sólo en el presente semestre, sus planes pasan por adjudicar diez contratos de concesión valorados en 6.350 millones de dólares (5.870 millones de euros), que han cautivado a las constructoras de todo el mundo.
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