Imágenes de civiles en Kursk difundidas por el Kremlin. | Redacción Digital

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Aumentan los decibelios en el discurso del Kremlin con respecto a las recientes acciones armadas de Ucrania en suelo ruso, concretamente en la región de Kursk, que Moscú considera «terroristas». Algunas declaraciones de los portavoces y representantes de la cancillería rusa en las últimas horas han sido significativas. En primer lugar, el embajador de Rusia en México, Nikolay Sofinskiy, ha asegurado que «los actos demuestran que si algunos actores internacionales creían que el régimen de Kiev estaba decidido a lograr una resolución pacífica de la crisis ucraniana estaban profundamente equivocados. El régimen de Zelenski eligió la escalada».

Sofinskiy ha asegurado que el ataque contra Kursk plasma «por qué Ucrania rechazó las propuestas de paz de Moscú y de intermediarios interesados y neutrales. Ucrania está cumpliendo la voluntad de Occidente, que está luchando contra Rusia 'con las manos de los ucranianos'. Es evidente que Estados Unidos y la OTAN siguen utilizando el conflicto en Ucrania para ocultar sus errores en economía, energía y finanzas» ha puntillado el representante ruso en la nación norteamericana.

Asimismo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zajarova, ha asegurado que Estados Unidos «se está preparando» para permitir a Ucrania utilizar «casi cualquier tipo de armamento» que recibe de sus socios de la OTAN para atacar objetivos en territorio ruso. «El régimen de Kiev ha recibido carta blanca para operaciones en las regiones rusas», ha dichod espués de que el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, confirmara que existen conversaciones en este sentido.

«La Administración Biden, obviamente, se está preparando para dar algunos nuevos pasos», ha afirmado, sin descartar, ha apuntado, «darle vía libre para utilizar casi cualquier tipo de armamento estadounidense». «Las elecciones están en juego, por lo que se jugará la carta de Kiev», ha dicho. «Esta escalada de Estados Unidos se está volviendo cada vez más frecuente», ha criticado Zajarova, quien ha reprochado a la clase política estadounidense haber abandonado «por completo el sentido común».

En cuanto a las operaciones sobre el terreno, las autoridades rusas han restringido en las últimas horas la entrada a la ciudad de Kurchátov, que acoge la central nuclear de Kursk, ante el riesgo de acceso de saboteadores como parte de la incursión del ejército ucraniano en esa región fronteriza rusa que comenzó el pasado 6 de agosto. El gobernador explicó esta medida al señalar que, «aunque la seguridad de la central nuclear de Kursk está garantizada al máximo, el ejército ucraniano no ceja en sus intentos de entrar en la ciudad».

Por otra parte, las tropas ucranianas atacaron este jueves con fuego de artillería la ciudad de Lgov, en la misma región fronteriza rusa, según ha denunciado el alcalde Alexéi Klemeshov. Tras los impactos las autoridades locales comprobaron que las vías del tren y algunos edificios había resultado dañados, así como un incendio en un almacén de una de las fábricas de la ciudad, que fue sofocado por los bomberos. El alcalde de Lgov añadió que el bombardeo no causó víctimas entre la población de poco más de 20.000 habitantes que se ubica a unos 50 kilómetros del sector de la frontera con Ucrania