Al menos ocho heridos tras el impacto matinal de un cohete ruso en Járkov. | SERGEY KOZLOV

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El ataque masivo con drones y misiles lanzado por Rusia durante las primeras horas de la mañana del lunes ha afectado a 15 de las 24 regiones ucranianas, según ha informado el primer ministro de Ucrania, Denís Shmigal, en su cuenta de Telegram.

Shmigal ha explicado que las fuerzas rusas han empleado en el ataque drones, misiles de crucero y misiles hipersónicos Kinzhal. Éstos últimos misiles son los más difíciles de interceptar de todo el arsenal ruso. Ucrania es vulnerable a los Kinzhal (que significa 'daga' en ruso) en la mayor parte de su territorio. El primer ministro ha recordado también que en el ataque ha habido muertos y heridos. Las autoridades de las regiones de Volín (noroeste), Dnipropetrovsk (centro), Zaporiyia (sureste) y Zhitómir (centro-oeste) habían informado previamente de la muerte de un total de cuatro personas. Shmigal ha señalado además que «el objetivo de los terroristas rusos fue de nuevo la infraestructura energética».

«Por desgracia, hay daños en varias regiones», dijo el jefe de Gobierno, que informó asimismo de cortes de electricidad en el país a consecuencia de los impactos. Las autoridades ucranianas han informado de daños en infraestructuras eléctricas de las regiones de Leópolis y (oeste) y Dnipropetrovsk.

El ataque masivo ruso también ha provocado cortes de luz y de agua en algunas zonas de Kiev, según el alcalde de la capital, Vitali Klichkó. El ministro de Energía, Herman Galushchenko, ha calificado de «difícil» al situación del sistema eléctrico después del ataque, y las empresas del sector han anunciado cortes de emergencia debido a los daños sufridos por el sistema.

El de hoy es el noveno ataque masivo ruso contra el sistema eléctrico ucraniano desde el pasado 22 de marzo. Ucrania ha perdido en estos ataques buena parte de su capacidad de generación, lo que obligó a las autoridades a racionar el suministro con apagones programados de hasta media jornada durante la primera parte del verano. Ucrania trabaja a contrarreloj para reparar y reemplazar las infraestructuras y el equipamiento dañados antes de que la llegada de las bajas temperaturas dispare el consumo. Ataques como el de este lunes suponen un revés para estos esfuerzos.