TW
0

Japón lleva más de una década incentivando a sus empresas para fomentar las recompras de acciones y enfocarse en la rentabilidad de sus accionistas. Sin embargo, la Bolsa de Japón dejó claro el lunes 5 de agosto que no es apta para los inversores débiles de corazón. Las turbulencias financieras y monetarias globales dispararon la volatilidad y hundieron las acciones de todo el mundo, pero donde se sintió el impacto con mayor intensidad fue en Japón.

La economía nipona, históricamente un pilar de estabilidad pese a sus problemas de crecimiento y deflación, está ahora mismo en el ojo del huracán, agravado por la especulación con el yen. Esta situación lleva a muchos inversores a preguntarse si Japón está al borde de una nueva etapa de inestabilidad.

Qué ha pasado con la Bolsa de Japón

El llamado ‘lunes negro’ resultó catastrófico para la bolsa japonesa. El índice Nikkei 225, que agrupa a las empresas más representativas de la economía japonesa, sufrió una caída del 12%, la mayor en un solo día desde 1987.

Entre el 2 y el 8 de agosto, los fondos de cobertura globales vendieron acciones japonesas al ritmo más rápido en más de cinco años, mientras que algunos inversores a largo plazo, también redujeron su exposición. En solo tres días, el Nikkei perdió un 20%, generando pánico entre los inversores. Aunque el mercado se recuperó parcialmente, cerró la semana con una caída del 10%, muy por debajo de los máximos históricos alcanzados el mes anterior, cuando la revalorización anual superaba el 26%.

Simultáneamente, el yen se fortalecía un 14% frente al dólar estadounidense en menos de un mes. Esta apreciación de la moneda ha ejercido una presión significativa sobre las grandes empresas exportadoras, cuyos beneficios dependen de un yen débil. Sectores como el automotriz y el tecnológico, que dependen de los mercados extranjeros, han sido especialmente vulnerables, contribuyendo a la caída general del mercado.

Este ha sido el impacto de los tipos de interés

La volatilidad reciente ha puesto de manifiesto que las valoraciones de las acciones, en particular en los sectores de tecnología e inteligencia artificial, podrían haber estado infladas por la especulación. Una de las estrategias clave detrás de esta especulación ha sido el ‘carry trade’ con el yen, donde se pide prestado en yenes, para invertir en activos de mayor rendimiento.

Sin embargo, con el reciente aumento de los tipos de interés por parte del Banco de Japón, esta estrategia se ha vuelto menos rentable, desencadenando una liquidación forzosa de activos y un aumento de la volatilidad.

Ronald Temple, estratega jefe de mercados en Lazard, destaca que la corrección del ‘carry trade’ ha sido un factor crucial en la reciente venta masiva de activos, y advierte que aún podría haber más liquidaciones antes de que el mercado se estabilice completamente.

Además, el incremento de los tipos de interés en Japón ha reducido la diferencia con los tipos en Estados Unidos, lo que ha contribuido a la apreciación del yen. Según Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo de Renta 4, esta subida de tipos refleja «un cambio en la dinámica de los mercados financieros globales, donde el juego especulativo con el yen ha llegado a su fin».

Perspectivas de volatilidad futura en Japón

La posibilidad de que la volatilidad continúe en el mercado japonés no puede descartarse, especialmente si el yen sigue apreciándose. Las apuestas en el mercado de divisas siguen siendo altas, y el riesgo de que el ‘carry trade’ con el yen no haya terminado su corrección sugiere que los mercados japoneses podrían seguir siendo inestables en el corto y medio plazo. Este escenario ha llevado a algunos inversores globales a adoptar una postura más pesimista respecto a las acciones japonesas y reevaluar sus carteras.

Empresas como Union Bancaire Privée (UBP) han comenzado a deshacerse de algunas posiciones en Japón para reevaluar los fundamentos económicos. Mientras los inversores esperan los datos de crecimiento económico del segundo trimestre de Japón, y la inflación en Estados Unidos, estas cifras serán determinantes para moldear el sentimiento del mercado y las futuras estrategias de inversión en Japón.