El canciller alemán. | Reuters - Annegret Hilse

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Un activista climático alemán se encuentra en una situación crítica tras 83 días en huelga de hambre para exigir al canciller, Olaf Scholz, que admita públicamente que la civilización humana está amenazada por el cambio climático y adopte medidas para recortar drásticamente las emisiones, según los medios. Wolfgang Metzeler-Kick, de 49 años, lanzó el 7 de marzo una campaña a la que posteriormente se sumaron otros cinco activistas, de los que dos ya han puesto fin a su huelga de hambre por motivos de salud.

Todos ellos han acampado en el distrito gubernamental de Berlín y reciben el apoyo de colectivos ecologistas como 'Letzte Generation' (Última Generación) y 'Scientist Rebellion' (Rebelión Científica). Metzeler-Kick ha asegurado que está dispuesto a morir por su causa y desde hace una semana dejó de ingerir también los zumos que eran su única fuente de nutrientes desde marzo, por lo que su estado se ha deteriorado drásticamente.

«Si los niveles de azúcar bajan todavía más, podría haber consecuencias dramáticas, incluidas convulsiones epilépticas o un coma agudo», declaró en un comunicado la doctora Susanne Koch, parte del equipo de apoyo médico de los activistas. Los médicos que le atienden han declarado que su vida corre peligro y se halla en una situación crítica, por lo que declinan la responsabilidad por lo que pueda ocurrir al activista si continúa con su huelga de hambre.

Los huelguistas exigen al canciller que declare públicamente que la civilización humana se ve «gravemente amenazada» por la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera y que es necesario un cambio de curso radical para tratar de revertir la situación.

Hace tres días, Scholz les instó a poner fin a su huelga de hambre por tratarse del camino equivocado y por constituir una forma de «violencia contra uno mismo». A finales de 2021, justo antes de asumir el cargo como canciller, Scholz aceptó participar en un debate público con dos activistas de Última Generación después de que estos se pusieran en huelga de hambre durante una semana para hacerle aceptar la invitación.