Reciente visita de Pedro Sánchez a Eslovenia. | Reuters - IGOR KUPLJENIK

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El ministro de Israel para Asuntos de la Diáspora y para Combatir el Antisemitismo, Amichai Chikli, calificó hoy al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de «líder extremadamente débil» sin «una brújula moral» por sus posiciones en relación con la guerra en Gaza y el reciente ataque iraní. «Sé que Sánchez no tiene una brújula moral» y que es un «líder extremadamente débil», dijo Chikli en una conferencia de prensa organizada en la sede de la Asociación de la Prensa Israel Europa en Bruselas.

En la misma charla, el ministro israelí celebró que todos los líderes de la UE «salvo Sánchez» hayan condenado «alto y claro» a Irán y llamó a los Veintisiete, que se reúnen hoy y mañana en una cumbre en Bruselas, a acordar «duras sanciones» contra Irán de forma que no haya ni «diplomacia» ni «negocios» con Teherán. «Esto mandaría un mensaje a la gente de Irán de que tienen a Europa detrás», dijo Chikli, quien señaló que el objetivo último debe ser eliminar al régimen islámico que gobierna ese país.

En respuesta al reciente bombardeo israelí de una edificio anexo a la delegación diplomática de Irán de Damasco en el que murieron trece personas, entre ellos siete miembros de la Guardia Revolucionaria, Irán lanzó 110 misiles balísticos, 38 misiles crucero y 200 drones, de los que 7 misiles balísticos tocaron territorio israelí, señaló. «Había intención de destruir algunas de nuestras bases aéreas, esa era la intención, y los iraníes fracasaron (...). No fue un ataque pequeño, fue grande y muy serio (...)», dijo Chikli, quien llamó a responder «como si cada misil hubiera impactado» y agregó que la amenaza iraní ha resultado «positiva porque se han caído las caretas». Consideró que «esto no es sólo una guerra de Israel e Irán, sino de la civilización occidental contra un régimen bárbaro».

«Estamos muy orgullosos de luchar una guerra contra Irán, no tenemos miedo (...). Irán es la bestia, no das de comer a la bestia. Si le das de comer, pide más. La bestia debe ser eliminada», declaró. Seis meses más El ministro dijo que Israel continuará con la guerra en Gaza porque no tiene «otra opción» y estimó que la «misión» de destruir a la organización islamista responsable del ataque terrorista del 7 de octubre puede llevar «otros seis meses». «Hasta que tengamos una coalición de países que quieran asumir responsabilidades», dijo mencionando a Egipto o Arabia Saudí que, junto con organizaciones como Naciones Unidas, puedan ocuparse de «remodelar y reconstruir Gaza».

En esa coalición, añadió, no debería estar incluido Qatar, que tampoco debería participar en la mediación en el conflicto, porque -dijo- «es el mismo movimiento ideológico». El ministro israelí abogó por lanzar una operación en Rafah, en el sur de Gaza, como paso imprescindible para culminar su ofensiva en la Franja. «No tenemos otra opción. Y una operación efectiva en Rafah cambiará la fotografía», dijo Chikli, quien insistió en que «Hamás tiene que ser destruido» y estimó que esa organización clasificada como terrorista por la UE tiene unos «7.000 terroristas» en Rafah y otros tantos miembros en el resto de la Franja de Gaza, aunque la mayoría no pertenecen a unidades militares organizadas.

Preguntado si Israel se plantea crear una zona segura para los civiles desplazados de esa localidad, Chikli señaló que «antes de la operación de Rafah, se avisará a la gente y podrán moverse» a otras zonas. Civiles muertos El ministro no ofreció una cifra precisa sobre las víctimas civiles que han causado los ataques israelíes en Gaza, que el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, cifra en 33.843 personas y 76.575 heridos.

«No tenemos el número exacto de cuánta gente ha muerto y cuántos de ellos eran terroristas de Hamás» ni tampoco «cuántos eran militares y cuántos eran civiles», dijo. Agregó que no se puede confiar en la información ofrecida por Hamás porque nunca reconoce a los miembros de la organización abatidos por Israel fuera del recuento de civiles, señaló que «al menos la mitad» de las víctimas mortales que reconoce la entidad islamista «son personas involucradas en la guerra» y lamentó que esa organización opere «en un territorio densamente poblado». «Es la realidad, una realidad dura», concluyó.