El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó el pasado 14 de diciembre que a diario unas 1.500 personas firmaban contratos con el Ejército. En septiembre de 2022, Putin llamó a filas a 300.000 reservistas para combatir en Ucrania. Esa movilización parcial provocó el éxodo de cientos de miles de rusos en edad militar, que emigraron principalmente a países vecinos como Kazajistán o Georgia. Ante la impopularidad de la medida, Moscú decidió apostar por ofrecer contratos profesionales atractivos a los rusos e inmigrantes del espacio postsoviético, además de a los reclutas que cumplen el servicio militar obligatorio.
Por contra, el Ministerio del Interior de Rusia declaró en busca y captura a una pareja de esgrimistas, Serguéi y Violetta Bida, que se exiliaron en Estados Unidos. Según informa el portal Mediazona, ambos abandonaron este país a mediados de año y el primero de ellos ya ha comenzado a competir en Estados Unidos. Serguéi Bida sospecha que el motivo de su persecución judicial es que él era oficial de la Guardia Nacional y su esposa pertenecía al club del Ejército ruso, el CSKA.
«Decidí desentenderme de todo eso y no quiero tener nada que ver con la política», explicó el esgrimista, cuya abuela, Valentina Rastvorova -oro por equipos en los Juegos de Roma-, era ucraniana. Bida, que se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio y fue subcampeón mundial y campeón de Europa, compite en territorio estadounidense tras recibir la autorización de la federación nacional.
La federación rusa relevó al entrenador de ambos exiliados con el argumento de que sus pupilos estaban compitiendo en EEUU «sin el beneplácito de la parte rusa». Las autoridades deportivas rusas han reconocido que más de cien deportistas rusos han cambiado de ciudadanía desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Debido a dicha campaña militar, los deportistas rusos solo podrán participar como atletas neutrales en los Juegos Olímpicos de París.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Por lo menos ellos aún tienen algo que nosotros perdimos hace mucho: amor a la patria.
Y mientras por las calles de cualquier ciudad ucraniana se sigue secuestrando a todo hombre entre 18 y 60 años para enviarlo por la fuerza a morir.