El Ejército de Israel informó que su «operación precisa y selectiva contra Hamás en el hospital Al Shifa todavía está en marcha» la mañana de este miércoles, pese a la condena de autoridades palestinas, que temen por la vida de miles de personas que se encuentran ahí. Israel asegura que el grupo islamista Hamás tiene su principal centro de mando en el hospital Al Shifa, ubicado en la ciudad de Gaza.
Ese centro médico, el más importante de la Franja, se quedó sin electricidad, agua potable y comida hace varios días y alberga a unas 9.000 personas, entre desplazados, personal médico y pacientes, entre los que se encuentran más de 30 bebés prematuros cuya vida está en peligro. «Podemos confirmar que las incubadoras, alimentos para bebés y suministros médicos traídos por tanques de las Fuerzas de Defensa de Israel han llegado con éxito al hospital Al Shifa. Nuestros equipos médicos y soldados de habla árabe están sobre el terreno para garantizar que estos suministros lleguen a quienes los necesitan», indicó un vocero del Ejército israelí.
Las tropas israelíes «también facilitaron evacuaciones a gran escala del hospital y mantuvieron un diálogo regular con las autoridades del hospital», indicó el vocero. «Hacemos un llamado a todos los terroristas de Hamás presentes en el hospital a que se rindan», subrayó.
La madrugada de este miércoles, el Ejército de Israel informó de que, «basándose en información de inteligencia y una necesidad operativa», sus tropas iniciaron «una operación precisa y selectiva contra Hamás en un área específica del Hospital Shifa», cuyo objetivo es «derrotar a Hamás y rescatar a rehenes».
«Las Fuerzas de Defensa de Israel incluyen equipos médicos y hablantes de árabe, que han recibido un entrenamiento específico para prepararse para este entorno complejo y sensible, con la intención de que no se cause daño a los civiles que Hamás utiliza como escudos humanos», indicó un vocero del Ejército israelí.
Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza desde 2007, acusó a Israel de cometer «un crimen de guerra, un crimen moral y un crimen contra la humanidad» por la incursión de sus tropas dentro del hospital Al Shifa.
El grupo islamista acusó a las tropas israelíes de «disparar en el interior» del hospital, «a pesar de saber que hay unos 9.000 miembros del personal médico, heridos, enfermos y desplazados», tras varios días de asedio al hospital en los que el Ejército israelí «bombardeó más de cinco edificios dentro del complejo y disparó fuego y proyectiles contra los heridos, los desplazados y los equipos médicos presentes en el interior del complejo».
«Responsabilizamos plenamente a la ocupación, a la comunidad internacional y a los Estados Unidos de América por la seguridad del personal médico, los heridos y los desplazados en el interior», subrayó Hamás.
Por su parte, el Ejército de Israel asegura que dio un plazo de 12 horas a los milicianos palestinos para cesar todas las actividades militares dentro del hospital, «pero desafortunadamente hicieron caso omiso». La operación israelí en el hospital fue rechaza por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes reducidas de Cisjordania ocupada.
El lunes pasado, las fuerzas israelíes sostuvieron combates en la ciudad de Gaza frente al hospital Al Quds, que dejó de funcionar un día antes pero aún alberga pacientes, médicos y desplazados que ya no tienen agua, comida ni electricidad. Según el Ejército israelí, sus tropas fueron atacadas por «un escuadrón terrorista escondido entre un grupo de civiles en la entrada del hospital», ante lo que respondieron con fuego y mataron a 21 palestinos.
Ese mismo lunes, el Ejército de Israel aseguró que una armería de Hamás fue hallada en el sótano del hospital infantil Rantisi, también en la ciudad de Gaza, y que existe evidencia de que el grupo islamista utilizó el lugar para esconder a milicianos que perpetraron el ataque y para retener a algunos de los rehenes israelíes.
Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre tras un asalto masivo del grupo islamista que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes y la infiltración en territorio israelí de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 240. Desde entonces, las fuerzas aéreas, navales y terrestres de Israel atacan sin tregua la Franja de Gaza, donde han causado más de 11.300 muertos, 29.200 heridos y 3.600 desaparecidos bajo los escombros. Además, 190 médicos, enfermeras y paramédicos de Gaza han muerto por los ataques israelíes, mientras que 25 hospitales de la Franja han sido destruidos y 52 centros de salud han quedado fuera de servicio.
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