Israel asegura que Hezbolá «asumirá las consecuencias» de sus ataques desde Líbano

Las hostilidades entre las tropas israelíes y Hezbolá comenzaron un día después de estallar la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, el 7 de octubre. Así, se cumplen doce días consecutivos de escalada entre la milicia chíí en el Líbano y las fuerzas israelíes, la mayor desde la guerra de 2006. Este pasado miércoles hubo varios intercambios de fuego en la frontera: el grupo chií confirmó el disparo de misiles teledirigidos desde Israel contra tres posiciones militares frente a la localidad libanesa de Naqura y contra la colina Al Tahyat.

El Ejército israelí ubicó el lanzamiento de proyectiles desde el Líbano contra Manara y Rosh Hanikra, adyacentes a la frontera libanesa y cerca del Mediterráneo. Además, las fuerzas israelíes destruyeron al menos cinco puestos militares en territorio libanés tras identificarse múltiples lanzamientos de misiles antitanque desde ese país hacia comunidades fronterizas.

Poco después, tras sonar las alarmas antiaéreas en varios pueblos israelíes adyacentes a la divisoria, la portavocía militar anunció que había identificado nueve lanzamientos de cohetes desde el Líbano, de los cuales cuatro fueron interceptados por sus sistemas de defensa antiaérea.

En un incidente posterior, tropas del Ejército identificaron a una «célula terrorista» que intentaba lanzar proyectiles de mortero y que fue neutralizada por un dron israelí. También hubo ataques contra posiciones de soldados israelíes en Shtula, Zarit, Dvoranit y Har Dov, todas ellas localidades cercanas al límite con el Líbano. Los últimos doce días de escalada en la zona han dejado al menos 26 muertos: cinco en Israel -cuatro soldados y un civil- y al menos 21 en Líbano, incluyendo siete civiles -entre ellos un camarógrafo de la agencia Reuters-, nueve miembros de Hezbolá y cinco integrantes de milicias palestinas.