Pese a los numerosos pleitos contra él y ser el primer exmandatario del país en afrontar acusaciones penales, Trump por el momento sigue siendo el gran favorito entre los republicanos para hacerse con la nominación de su partido para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, muy por delante de su principal contrincante, el gobernador de Florida RonDeSantis.
Y parece que legalmente no existe nada que le impida presentarse a las primarias republicanas del próximo año ni concurrir a los comicios generales.
En marzo pasado, cuando Trump fue acusado penalmente por primera vez por un presunto soborno a la actriz porno Stormy Daniels, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Quinnipiac, Scott McLean, dijo a EFE que incluso si una persona está en prisión puede presentarse a unas elecciones en EE.UU.
«Legalmente no hay ninguna razón para que Donald Trump no pueda continuar con su campaña para la Presidencia», aclaró el profesor, en aquel entonces.
De hecho, no sería la primera campaña electoral con un aspirante en prisión.
En 1920 el candidato a la Casa Blanca, el socialista Eugene Debs, se presentó a los comicios y obtuvo casi un millón de votos mientras estaba en una cárcel en Atlanta (Georgia, EE.UU.) tras haber sido condenado por sedición en 1918 por protestar por la implicación de EE.UU. en la I Guerra Mundial.
Del mismo modo, en el caso de Trump, «si finalmente es condenado por esos cargos o por otros en otros procesos (judiciales), podría presentarse a las elecciones», indicó McLean. «No hay nada en la Constitución que diga que no puede».
El exmandatario podría incluso volver a la Casa Blanca, si ganara las elecciones y aun cuando recibiera una sentencia en su contra con una pena de cárcel.
Así lo señaló a EFE el profesor de Política y Derecho Constitucional de la Universidad de Cedarville, Mark C. Smith, quien subrayó que eso sería posible.
«Ha habido miembros del Congreso de EE.UU. que han servido partes de su mandato tras ser condenados por un delito federal, y al menos hubo uno que se presentó al cargo estando encarcelado», detalló Smith, que agregó que ese legislador fue James Traficant (1985-2002), de Ohio, quien fue enjuiciado por usar los fondos de campaña para uso personal.
«Después de ser condenado, pero antes de la sentencia, siguió sirviendo (en el puesto) -destacó Smith-. Después de la sentencia fue expulsado. Más tarde se presentó por un escaño a la Cámara Baja de EE.UU. estando en prisión. Recibió el 15 % del voto».
A la luz de estos precedentes, el experto de la Universidad de Cedarville concluyó que nada cambia «técnicamente» para Trump: «Puede que cambien sus perspectivas políticas, pero no su capacidad legal para presentarse o servir» en un cargo público.
Este martes, el expresidente fue acusado por un gran jurado de Washington DC de cuatro cargos: conspiración para defraudar a EE.UU., conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra derechos.
Esta causa y la de Nueva York por el soborno a Daniels no son los únicos casos penales que afronta, ya que en Florida encara 40 cargos por los documentos clasificados hallados por el FBI en su mansión de Mar-a-Lago.
En cualquier caso, estos no son los únicos procesos en los que el polémico Trump, de 77 años, está envuelto. Tiene varios frentes abiertos por delitos de tipo político, económico y sexual.
2 comentarios
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Siempre mejor Trump que el senil actual que nos está llevando a la III Guerra Mundial.
En la revuelta que instigó este psicópata, hay que recordar que murieron personas. Ya debería estar encerrado. Si no fuera tan peligroso, por el dinero y el poder que tiene, solo sería un ser patético.