Se trata del volcán Fagradalsfjall, situado en la península de Reykjanes, a cuarenta kilómetros de la capital, que comenzó a arrojar lava a última hora del lunes, y el Gobierno islandés ha indicado que por el momento no ha afectado al tráfico aéreo.
El presidente islandés, Guðni Th. Jóhannesson, declaró en Twitter que «la defensa civil ha cerrado una amplia zona de manera temporal debido a los gases volcánicos. Por el momento observamos el espectáculo desde una distancia segura, admirados por la madre naturaleza».
El mismo volcán, que se encuentra junto al monte Litli-Hrútur, entró en erupción los dos años pasados y emitió coladas de lava que discurrieron por la superficie.
En 2021 se mantuvo activo durante varios meses. En esta ocasión la erupción se ha producido de momento como un brote de lava de una fisura, un tipo de fenómeno que los expertos entienden que no suele provocar grandes explosiones o columnas de ceniza.
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