Militares del grupo Wagner Group se preparan para salir del centro de Rostov-on-Don, al sur de Rusia. | ARKADY BUDNITSKY

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Los combatientes del grupo Wagner han abandonado la ciudad de Rostov del Don y ya ha concluido el paso de los mercenarios a través de la región de Voronezh, según ha informado este domingo el gobernador local, Alexandr Gúsev. «Concluye el paso de las unidades del Ejército privado Wagner a través del territorio de la región de Voronezh», ha afirmado en su canal de Telegram. Según Gúsev, el paso de los mercenarios, que protagonizaron una sublevación contra el mando militar ruso y se acercaron este sábado a 200 kilómetros de Moscú, «transcurre con normalidad y sin excesos». «Tras la solución definitiva de esta situación levantaremos las limitaciones implementadas», ha manifestado el gobernador, que adelantó medidas para paliar y compensar los daños.

«Agradezco a todos los habitantes de Voronezh por su aguante, estoicismo y sensatez, y a todos los agentes del orden y entidades implicadas por el trabajo coordinado y la profesionalidad», ha concluido. Mientras, las regiones por las que avanzaron las columnas de los wagneritas hacia la capital rusa informan sobre el restablecimiento paulatino del tránsito por las carreteras, bloqueadas la víspera con camiones o con zanjas. El servicio de prensa del gobernador de Lípetsk informó que «el tránsito se ha restablecido en todos los tramos» de la carretera. «Donde fue necesario, se rellenó con arena y gravilla. Mañana restablecerán el asfalto», señaló la administración local.

Tras declararse en rebeldía, el Grupo Wagner cruzó la frontera rusa, ocupó la ciudad de Rostov en el Don y envió cuatro columnas en una «marcha de la justicia» hacia Moscú, según la bautizó el jefe de los mercenarios, Yevgueni Prigozhin, con el fin de sustituir la cúpula militar rusa, a la que culpa de los fracasos del Ejército ruso en Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó la revuelta de «traición» y solo gracias a la mediación de su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, se logró un acuerdo con Prigozhin que puso fin a la sublevación.

Mediación del presidente de Bielorrusia

El líder de la organización de mercenarios Grupo Wagner, Yevyeni Prigozhin, anunció este pasado 24 de junio que paraban el avance de sus columnas militares hacia Moscú en la denominada Marcha de la Justicia tras la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. «Iban a desmantelar PMC Wagner. Salimos el 23 de junio en la Marcha de la Justicia. Ese día avanzamos hasta estar a casi 200 kilómetros de Moscú. En ese tiempo no hemos derramado ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes», ha relatado Prigozhin en un mensaje de audio difundido en Telegram.

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«Ahora ha llegado el momento en que se podría derramar sangre rusa. Por eso comprendemos la responsabilidad este derramamiento de sangre rusa de una de las partes y vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y a regresar a los campamentos según el plan», ha añadido. Prigozhin ha aceptado una propuesta para detener su avance hacia Moscú del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien había recibido previamente autorización del presidente ruso, Vladimir Putin, para emprender esta mediación.

Reducir la tensión

«Prigozhin ha aceptado la propuesta del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de detener el movimiento del personal armado de la empresa Wagner en Rusia y adoptar nuevos pasos para reducir la tensión», ha informado la agencia de noticias oficial bielorrusa, BelTA. Lukashenko había mantenido por la mañana una conversación con Putin para «abordar la situación en el sur de Rusia» tras la irrupción de Wagner en la ciudad de Rostov del Don y «los dos presidentes acordaron adoptar medidas conjuntas».

Más tarde el propio Lukashenko «de acuerdo con el presidente de Rusia mantuvo conversaciones con el líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin» y se desarrollaron una serie de contactos y negociaciones a lo largo del día. «El resultado ha sido que coinciden en que es inadmisible desatar una masacre sangrienta en el territorio de Rusia» y por tanto «Prigozhin ha aceptado la propuesta» de Lukashenko con el fin último de resolver la situación y con «garantías de seguridad para los combatientes de Wagner».

Rusia se encuentra en estado de alerta tras la rebelión protagonizada esta pasada noche por el grupo de mercenarios Wagner, que ha tomado la ciudad rusa de Rostov, sede del mando militar ruso para el sur, y estaría avanzando hacia la capital rusa. La operación fue ordenada por Prigozhin tras denunciar la muerte de muchos de sus mercenarios en un ataque del propio Ejército ruso, que el Ministerio de Defensa, enfrentado desde hace meses al líder de los mercenarios, ha desmentido categóricamente.