El Ministerio de Asuntos Exteriores sueco dijo que había convocado al embajador adjunto de Irán para protestar por la ejecución de Habib Farajollah Chaab, que confirmó que tuvo lugar a primera hora del día. Chaab había sido condenado a muerte por ser «corrupto en la tierra», un delito capital según las estrictas leyes de la república islámica.
Irán lo llevó a juicio en 2022 acusado de liderar el Movimiento de Lucha Árabe para la Liberación de Ahwaz, que busca un Estado independiente en la provincia de Juzestán, rica en petróleo y situada en el suroeste de Irán, y de planear y llevar a cabo «numerosos atentados y operaciones terroristas». Irán dijo en 2020 que sus fuerzas de seguridad detuvieron a Chaab en Turquía y lo llevaron al país, sin dar detalles de su captura.
El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Tobias Billstrom, reaccionó con «consternación» a la ejecución de Chaab, afirmando que Suecia había rogado a Irán que no la llevara a cabo.
«La pena de muerte es un castigo inhumano e irreversible y Suecia, junto con el resto de la UE, condena su aplicación en cualquier circunstancia», declaró. Irán ha mantenido tensas relaciones con sus minorías étnicas, que incluyen árabes, kurdos, azeríes y baluches, y las ha acusado de alinearse con los países vecinos. Los árabes y otras minorías se quejan desde hace tiempo de sufrir discriminación en Irán, acusación que la república islámica niega.
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