Soldados ucranianos cerca de Bajhmut, en el Donbás. | Reuters

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Los soldados ucranianos han comenzado su instrucción en el manejo de los tanques británicos Challenger 2, mientras Kiev pide a sus socios acelerar y ampliar los envíos de armamento ante la difícil situación en el este de Ucrania, donde aumenta la intensidad de los ataques de Rusia. «Las tripulaciones ucranianas de tanques han llegado al Reino Unido para comenzar a entrenar para su lucha contra Rusia», anunció el Ministerio de Defensa británico en Twitter, donde publicó fotos de los militares ucranianos descendiendo de un avión de la Royal Air Force. Según informó el embajador ucraniano en Francia, Vadym Omelchenko, Occidente ha aprobado oficialmente «el suministro de 321 tanques a Ucrania».

Una cifra que se acerca a la reclamada por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, quien había dicho que para llevar a cabo una nueva ofensiva el Ejército necesita al menos 300 tanques.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, llamó a «acelerar los acontecimientos, agilizar el suministro y la apertura de nuevas opciones de armamento necesarias para Ucrania». Para ello es «muy importante mantener la dinámica de apoyo a la defensa por parte de nuestros socios», ha dicho, al recalcar que «la rapidez de suministro ha sido y será uno de los factores clave en esta guerra». Zelenski recibió un nuevo espaldarazo de parte del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien no descartó en una rueda de prensa que Varsovia entregue a Kiev cazas F-16 «en coordinación con los países de la OTAN», algo respecto a lo cual Occidente no ha mostrado consenso.

El mandatario ucraniano justificó sus reclamaciones ante la grave situación en el frente, principalmente en Donetsk, que es «muy dura»: Bajmut, Vuhledar y otras áreas de esta región están bajo continuos ataques rusos, con «intentos constantes de romper» las defensas ucranianas. El estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) reconoció que «la ayuda militar proporcionada por la coalición occidental liderada por EEUU ha sido esencial para la supervivencia de Ucrania», pero desvinculó los retrasos de estos suministros, periódicamente criticados por Kiev, de los escasos avances ucranianos. «Los factores endógenos al ejército ucraniano y la toma de decisiones políticas ucranianas (...) han contribuido a retrasar las contraofensivas», indicó el ISW, que se abstuvo de evaluar como «óptimas» las decisiones militares ucranianas.

En tanto, Rusia aprovecha que Occidente todavía no ha enviado sus blindados para redoblar su presión en el este de Ucrania. El mando ucraniano reconoció en su parte de guerra que «el enemigo lleva a cabo operaciones ofensivas en las direcciones de Limán, Bajmut, Avdiivka y Novopavlivka», en la región ucraniana de Donetsk. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, informó sobre el avance ruso en el sur de las regiones de Donetsk y Zaporiyia, donde las tropas rusas «ocuparon posiciones más favorables».

«En el marco de la ofensiva de la agrupación militar Sur en la dirección de Donetsk en las últimas 24 horas fueron aniquilados más de 70 militares ucranianos, un tanque, un transporte blindado, dos automóviles, dos lanzaderas múltiples Grad, un obús D-30 y un radar de fabricación estadounidense AN/TPQ-50», afirmó. También reivindicó la destrucción durante la última jornada de un cañón autopropulsado Gvozdika y un almacén de municiones de artillería del Ejército ucraniano en la sureña región de Jersón, donde Kiev denunció la víspera bombardeos que causaron la muerte de al menos tres civiles e hirieron a otras diez personas.

El líder interino impuesto por Rusia en Donetsk, Denís Pushilin, aseguró que las tropas rusas «se han afianzado en el este de Vuhledar y también se está trabajando en sus afueras», aunque reconoció que todavía es demasiado pronto para predecir la toma de esta localidad. Los rusos consideran esta localidad un importante centro logístico, cuya captura detendría el suministro de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la dirección de Márinka, pegada a la ciudad de Donetsk.

El Estado Mayor General de Ucrania no ha confirmado el supuesto avance ruso en la parte oriental de Vuhledar, pero reconoció que la ciudad está «bajo fuego enemigo». Pushilin sostuvo además que la toma de la urbe de Blahodatne, al norte de Bajmut, que se atribuye el grupo de mercenarios rusos Wagner pero que Ucrania también niega, permitió a las fuerzas rusas «mejorar sus posiciones y cortar una de las rutas de suministro de las unidades ucranianas» que abastecen este codiciado bastión.