El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, se ha reunido en Nueva York con su homólogo de Rusia, Sergei Lavrov, en un encuentro aparentemente centrado en seguridad energética que coincide con el debate abierto en el seno de los Veintisiete para imponer una nueva ronda de sanciones contra Moscú. Como resalta el propio Gobierno húngaro, Szijjarto ha sido el único ministro de la UE en verse con Lavrov en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas. Con un escenario en el que el diálogo de paz parece «improbable» en Ucrania, el Ejecutivo de Viktor Orbán no oculta que es partidario de replantear la actual estrategia.
El Ministerio de Exteriores de Rusia ha afirmado que los dos ministros hablaron de medidas «prácticas» para seguir reforzando la colaboración energética, «debido a una situación global desfavorable», según una nota que no alude directamente a las sanciones. El portavoz del Gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, ha resaltado que el país sigue dependiendo de los combustibles fósiles dependientes de Rusia. «Puede gustarte o no este hecho, pero sigue siendo un hecho», ha resaltado Szijjarto en su reunión con Lavrov. En declaraciones a los medios, el jefe de la diplomacia húngara ha abogado por evitar «una situación en la que un hogar, una familia o una empresa tenga límites en el uso del gas o del petróleo», según la agencia rusa TASS. Budapest trata de consolidar un mayor envío de gas y ha pedido la ayuda del operador nuclear ruso, Rosatom, para construir una nueva planta atómica. Orbán pidió esta semana el levantamiento este año de las sanciones a Rusia, el mismo día en que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la movilización parcial de la población y amenazó con utilizar armamento nuclear en el marco de la guerra en Ucrania. «Nuestra posición es clara», ha sentenciado Szijjarto, que no ve ninguna razón «racional» para aplicar nuevas sanciones, «especialmente en lo referente a energía», a pesar de que los Veintisiete sí que abrieron la puerta esta semana a estudiar un nuevo paquete de castigos. El ministro húngaro ha asegurado que seguir aumentando la presión sobre Moscú «está totalmente en contra de los intereses de Europa y del pueblo europeo», que «se dirige a una recesión» por los supuestos efectos perniciosos de estos castigos. AVISO DE LA UE En este contexto, el portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano, ha querido subrayar este viernes desde Bruselas que «todos los Estados miembro» respaldaron la declaración en la que el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, apuntó el jueves la disposición de poner en marcha nuevas sanciones cuando antes. «Es una declaración firmada por cada uno de los 27 Estados miembro», ha recalcado Stano, sobre el anuncio del jefe de la diplomacia europea respecto a que espera que se presenten «inmediatamente medidas restrictivas adicionales contra Rusia, lo antes posible, en coordinación con nuestros socios». Preguntado por la intención de Budapest de organizar una consulta popular sobre las sanciones en Rusia, el portavoz jefe de la Comisión Europea, Éric Mamer, ha querido dejar claro que los regímenes de sanciones que adopta la Unión Europea tienen «un marco legal muy específico» fijado por los Tratados y el Derecho comunitario, por lo que «no queda determinado sobre la base de un referéndum».
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