El presidente estadounidense aseguró seguir creyendo en la paz entre israelíes y palestinos, pero reconoció que no ve «terreno fértil» para la reanudación de conversaciones, suspendidas desde 2014. Su posición al respecto mantuvo la misma línea de lo expresado desde que llegó anteayer para en su primera visita oficial a Israel y territorios palestinos desde que asumió el poder en Washington. La primera parte de su gira por Oriente Medio -que hoy continuará en Saudí Arabia- no se salió del guión: se centró en buscar un frente común ante Irán y una mayor integración de Israel en la región.
La cuestión palestina no fue prioritaria en su agenda y no presentó una propuesta nueva al respecto, aunque sí reafirmó la línea clásica de la política de EE.UU. sobre el conflicto. En su reunión de hoy con Abás, Biden instó a encontrar salidas prácticas para mejorar la calidad de vida palestina: «No podemos esperar a un acuerdo de paz o a que se resuelvan todas las cuestiones para ofrecer soluciones a las necesidad del pueblo palestino», aseguró. Entre otros asuntos, aseguró que conversó con Israel para que la población palestina en Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza acceda a la tecnología 4G en teléfonos móviles, a la que por ahora no tienen acceso.
Biden animó también al liderazgo palestino a capitalizar la creciente aproximación de Israel con los países árabes, uno de los asuntos centrales en su agenda de estos días. «Creo que en este momento en que Israel está mejorando sus relaciones con sus vecinos y la región podemos aprovechar el impulso para revitalizar el proceso de paz entre palestinos e israelíes», subrayó, en referencia a una vía que los palestinos rechazan, al considerar que la normalización del mundo árabe con Israel debe ser solo tras el fin de la ocupación. Por su parte, Abás dijo a Biden que «la paz comienza con Palestina y Jerusalén», y se mostró dispuesto a trabajar con él para lograrla, pero matizó que para ello «Israel no puede seguir actuando por encima de la ley» y debe acabar con la ocupación como primer paso.
«Las oportunidades para una solución de dos Estados en base a las fronteras de 1967 aún existen, pero no sabemos por cuánto tiempo más», alertó Abás, que exigió a EE.UU. que se haga justicia por la muerte de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, fallecida durante una redada israelí en Cisjordania. Ante ello, Biden respondió que «continuará insistiendo en una investigación completa y transparente sobre el caso». Tras la reunión con Abás, el líder estadounidense -católico practicante- realizó una visita y rezó en la Basílica de la Natividad en Belén, donde la tradición sitúa el nacimiento de Jesús. Desde allí se fue directo hacia el aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, donde fue despedido por el primer ministro israelí, Yair Lapid, y el presidente Isaac Herzog, acabando así su estancia en la zona para dirigirse a Arabia Saudí.
La mañana del viernes fue la única de estos días en que Biden estuvo en territorio palestino. Más allá de Belén, antes visitó el hospital Augusta Victoria, en Jerusalén Este, donde anunció 100 millones de dólares de ayuda para la red hospitalaria palestina. Este dinero forma parte de un paquete de más de 315 millones anunciado hoy y que también contiene financiación para la Agencia de la ONU de los refugiados palestinos (UNRWA). La entrega de parte de este dinero, sin embargo, queda ahora pendiente de la aprobación del Congreso estadounidense.
Por otro lado, la jornada de hoy estuvo también marcada por el anuncio de Arabia Saudí de que permitirá sobrevolar a las aerolíneas israelíes por su espacio aéreo, una decisión que se produce tras la intermediación estadounidense y en el marco de los esfuerzos de Biden para integrar en mayor medida a Israel en Oriente Medio tras la firma de los Acuerdos Abraham en 2020. De esta manera, la visita del presidente deja un importante logro diplomático para Israel en su intento de penetrar progresivamente en el mundo árabe, mientras que los palestinos deberán conformarse con ayudas económicas y declaraciones de intenciones con recorrido político incierto.
1 comentario
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- - - mientras las comunidades árabe palestina por un lado e israelí sion3sta por el otro, sigan siendo rehenes de sus respectivas cre2ncias relig3osas, no habrá nada que hacer... la religión divide, oprime, enerva, d2struye y crea cizaña por generaciones... no es un problema tanto político, como de desemb1razarse de m1drasas y s3nagogas, de int2gristas islám3cos y de ultr1ortodox4s mesián3cos... limpiad la casa antes, dad la patad1 a toda ese sinsentido que os condiciona, y entonces sí podréis lograr la paz y ser felices...