Imágenes de la evacuación de Mariúpol. | ALEXANDER ERMOCHENKO

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El Gobierno de Ucrania ha acusado a las fuerzas rusas de bloquear la evacuación de civiles de Mariúpol, una ciudad de la zona sureste del país cuya conquista es clave para las aspiraciones de Rusia de unir territorialmente Crimea con los territorios rebeles del Donbás. Las Fuerzas Armadas de Ucrania han denunciado en redes sociales el incumplimiento de los compromisos y supuestos ataques en plena evacuación, en una alerta a la que se ha sumado, entre otros, el presidente Volodimir Zelenski. El mandatario ha señalado que Mariúpol está «bloqueada», «agotada» de por el asedio de las tropas rusas y de los rebeldes aliados.

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«Es una tortura deliberada. Los invasores han cortado deliberadamente las comunicaciones, bloqueado la entrega de comida, el suministro de agua. Desconectado la electricidad», ha repasado en un nuevo vídeo. Zelenski ha puesto como ejemplo de estos abusos la muerte de un niño por deshidratación, «quizás por primera vez desde la invasión nazi». «Escuchadme, queridos aliados. Un niño ha muerto deshidratado. ¡En 2022!, ha enfatizado. El ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, también ha asegurado que Rusia ha incumplido unos planes de evacuación en los que también colabora el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), lo que se traduce en »300.000 civiles rehenes en Mariúpol».

«Un niño murió ayer deshidratado. Los crímenes de guerra forman parte de una estrategia deliberada de Rusia», ha lamentado Kuleba, en un mensaje en Twitter en el que ha instado a la comunidad internacional a exigir a Moscú que respete los corredores humanitarios. La situación dentro de Mariúpol es confusa, ya que apenas hay conexiones ni suministros. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha confirmado la falta de calefacción y de agua, hasta el punto de que se recoge nieve y agua para poder beber, lo que explicaría la deshidratación sufrida por la población civil.