Bélgica retira las mascarillas en interiores.

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El uso de mascarilla en interiores, salvo en el transporte público y centros de salud, deja de ser obligatorio en Bélgica desde este lunes, momento desde el que tampoco podrá exigirse el certificado COVID para acceder a restaurantes, cines y otros locales de ocio, según anunció el viernes el primer ministro belga, Alexander de Croo. «Hoy pasamos una página importante», dijo De Croo a la prensa al término de una reunión de los gobiernos federal, regionales y municipales para constatar que el nivel de aleta por coronavirus debe bajar a «nivel amarillo», lo que supone el fin de las principales restricciones impuestas durante la pandemia.

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La mascarilla dejará por tanto de ser obligatoria en lugares públicos o cerrados aunque seguirá siendo recomendado su uso si no se dan las condiciones óptimas de distancia y ventilación. Con todo, seguirá habiendo excepciones porque será aún obligatorio su uso en el transporte público y en hospitales, residencias y otros centros de atención sanitaria. Otra de las claves de la relajación de restricciones es el fin de la exigencia de presentar el Certificado Covid para acceder a locales de ocio y cultura, como era obligatorio hasta ahora en restaurantes, bares, gimnasios, museos y cines, por ejemplo.

El único ámbito en el que seguirá siendo necesario presentar el certificado será para el que fue creado a nivel europeo, es decir, para poder viajar sin más restricciones que contar con dicho certificado para viajar entre Estados miembro. Los turistas también quedarán liberados a partir del lunes de tener que rellenar un formulario de viaje para entrar en el país. Las autoridades volverán a reunirse el 25 de marzo para hacer balance de la situación aunque la vuelta a las restricciones si el control del virus empeora no será automático, sino que deberá ser analizado y pactado de nuevo. El próximo 11 de marzo, además, dejará de aplicarse la «fase federal» del plan de emergencia nacional en vigor desde hace casi dos años, lo que permitirá a las autoridades regionales a gestionar de manera independiente su respuesta al coronavirus. Desde el inicio de la pandemia en Bélgica han muerto 30.000 personas en el país.