La vida nocturna saldrá de las calles para recluirse en el domicilio de cada uno. | un-perfekt

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Dinamarca cerrará la vida nocturna después de la medianoche y adelantará una semana las vacaciones escolares a los alumnos de primaria para intentar frenar los contagios, que han alcanzado niveles récord durante la pandemia. Las escuelas permanecerán cerradas del 15 de diciembre al 4 de enero y se implantará la enseñanza a distancia la primera semana, anunció la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Los restaurantes podrán abrir hasta la medianoche, hora a partir de la que estará prohibida la venta de alcohol en tiendas, las discotecas permanecerán cerradas y estarán prohibidos los conciertos en los que haya más de 50 personas de pie. Las autoridades recomiendan además que se suspendan las cenas de Navidad y que se trabaje desde casa todo lo que sea posible. «No se trata de un cierre de la sociedad, es un paquete de medidas para comprar tiempo. Estamos mejor que un año porque las vacunas funcionan», dijo Frederiksen.

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El objetivo de las nuevas restricciones es facilitar que se pueda vacunar a más niños de 5 a 11 años antes de la reapertura de los centros y que más personas reciban la dosis de refuerzo, mientras aumenta el conocimiento sobre la nueva variante ómicron, de la que Dinamarca ha detectado ya 577 casos, 179 más que ayer. Dinamarca registró este miércoles 6.629 nuevos casos, cifra récord en toda la pandemia, y los ingresos hospitalarios se han multiplicado por cinco en los últimos dos meses, aunque son menos de la mitad que el pico alcanzado en enero.

Este país nórdico, uno de los primeros en Europa en levantar todas las restricciones a principios de septiembre, reintrodujo dos meses después el pasaporte-covid en algunas circunstancias y, poco después, volvió a imponer las mascarillas en el transporte público y en las tiendas. El 76,2 % de la población total ha recibido las dos primeras dosis de vacunas y, el 17,8 %, la de refuerzo. Dinamarca ha registrado hasta el momento 2.969 muertos con coronavirus, con una tasa de mortalidad de 51,03 por cada 100.000 habitantes, una de las más bajas de Europa.