Las declaraciones del jefe de gobierno de Sajonia, Michael Kretschmer, que da por perdida la Semana Santa, han abierto un acalorado debate en Alemania entre aquellos que se suman a esta opinión y los que consideran precipitado pronunciarse ya sobre la posibilidad de poder o no viajar en abril.
«Soy partidario de decir la verdad: lamentablemente, este año no puede haber vacaciones de Semana Santa en Alemania», dijo Kretschmer en declaraciones a la edición dominical del diario «Bild».
Una movilidad demasiado grande en abril destruiría todo lo que se ha conseguido en el país desde mediados de diciembre, cuando se endurecieron las restricciones vigentes desde noviembre, argumentó.
El diputado socialdemócrata y experto en sanidad Karl Lauterbach apoyó expresamente la postura de Kretschmer y en declaraciones a la cadena NTV aludió al objetivo de bajar y mantener las cifras de contagio a un nivel mínimo sostenible.
«Sería más sensato ahora seguir reduciendo las cifras y evitar una tercera ola», y de darse, mantenerla a un nivel bajo, «para no poner en peligro lo que hemos logrado con unas vacaciones de Semana Santa», que sin limitaciones supondrían «un riesgo demasiado grande», dijo.
Mientras tanto, el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, aseguró en una rueda de prensa que «el conjunto del Gobierno está trabajando para que la Semana Santa de 2021 pueda volver a ser una festividad algo diferente a como fue la Semana Santa de 2020», cuando en Alemania estaba en vigor el primer parón de la vida pública.
«Tenemos actualmente una situación que en muchos aspectos se desarrolla de manera positiva. Cae el número de nuevos contagios, retrocede la cifra de pacientes ingresados en las ucis, todo eso es positivo. Por fortuna, desciende por fin también lentamente la terriblemente elevada cifra de muertes», celebró.
Advirtió, no obstante, de que la situación todavía es «incierta» debido a las mutaciones, que «representan una amenaza real» y cuya amplia propagación hay que evitar.
«Por eso, mucho habla a favor de que observemos primero la evolución en las próxima semanas y evaluemos entonces qué medidas podemos relajar cuándo», matizó las expectativas.
Críticas de restauración
La gerente de la Asociación Alemana de Hoteleros y Restauradores (Dehoga), Ingrid Hartges, calificó de «totalmente inaceptable» que después de que en la reunión la semana pasada entre la canciller, Angela Merkel, y los poderes regionales, la situación de este gremio ni siquiera fuera abordada, se hagan ahora declaraciones que generan «incertidumbre y problemas existenciales».
En declaraciones a ntv, Hartges se remitió a la ley federal para la protección contra enfermedades infecciosas que permite el cierre, cada vez que se decreta, sólo por un máximo de cuatro semanas.
«Se debería observar la incidencia cada semana, que afortunadamente sigue bajando», indicó -hoy hasta 58,9 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes-, y agregó que en la próxima reunión entre Merkel y los jefes de gobierno regionales, prevista para el 3 de marzo, es cuando debería decidirse cómo seguir.
Agregó que el sector, que -recordó- permanece cerrado desde el pasado 2 de noviembre, espera «perspectivas concretas de apertura».
Algunos jefes de gobierno regionales, como el alcalde-gobernador de Berlín, Michael Müller, rechazaron descartar de pleno la Semana Santa, y éste consideró que es «precipitado» pronunciarse ya al respecto.
Recordó que en seis, siete semanas se ha logrado bajar de una incidencia acumulada en siete días de 197,6 nuevos contagios -el máximo registrado en toda la pandemia- hasta por debajo de los 100.
«¿Por qué no íbamos a lograr ahora, en las próximas seis, siete semanas, volver a bajar 30 puntos y recuperar así mucha más libertad y normalidad?», declaró a ZDF, la segunda cadena de la televisión pública.
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