La Policía francesa ha desalojado este sábado una fiesta de Año Nuevo en la localidad de Rennes, en el noroeste del país, que se ha prolongado hasta esta misma mañana tras amonestar a más de 450 de sus 2.500 participantes por incumplir la normativa de protección de coronavirus.
El abandono de las instalaciones se completó poco antes de 08.00 sin necesidad de intervención policial directa, según informa el portal de noticias Tendance Ouest.
«Las fuerzas de seguridad interna han llevado a cabo el cese de la fiesta 'rave' ilegal. Seguimos con los controles y las amonestaciones a los participantes según van saliendo de las instalaciones», ha hecho saber este sábado el ministro del Interior, Gerald Darmanin, en su cuenta de Twitter este mismo sábado.
Unas 2.500 personas, de toda Francia e incluso del extranjero , habían concertado una cita desde el jueves para este encuentro que las autoridades no pudieron evitar.
De hecho, el jueves por la noche, los gendarmes intentaron en vano «evitar esta fiesta y se enfrentaron a la violenta hostilidad de muchos participantes», explicó el viernes la prefectura de Ille-et-Vilaine.
Durante estos enfrentamientos «un vehículo de la gendarmería fue incendiado, otros tres acabaron dañados y algunos policías acabaron heridos por piedras y botellazos», de acuerdo con las fuerzas de seguridad.
Según la prefectura, Protección Civil y Techno + (asociación que interviene para la prevención de riesgos durante las fiestas) estiman en «unos cientos» el número de fiestas todavía activas este sábado por la mañana, pero no se dispone de una cifra concreta.
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