Sus afirmaciones se suman a otras reivindicaciones patrióticas y pro-Brexit hechas en las últimas horas por diputados conservadores y miembros del Gobierno de Boris Johnson, que han suscitado críticas dentro y fuera del Reino Unido.
En declaraciones a la emisora LBC, Williamson opinó que la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, en inglés) británica, que autorizó el antídoto antes que sus homólogos en la Unión Europea (UE) y el resto del mundo, «es mucho mejor que lo que tienen los franceses, mucho mejor que lo que tienen los belgas, mucho mejor que lo que tienen los estadounidenses».
«No me sorprende, porque somos un país mucho mejor que cada uno de ellos», afirmó.
Un portavoz de Johnson defendió la posición de este ministro, del ala derecha del Partido Conservador y conocido por sus salidas de tono, al alegar que «tiene derecho a expresar su sentimiento de orgullo hacia el Reino Unido».
A diferencia de su colega Matt Hancock, responsable de Sanidad, no llegó a atribuir la rapidez del regulador nacional al Brexit o salida de la UE, si bien subrayó que se debió a «una verdadera ventaja competitiva».
Hancock declaró en «Times Radio» que la MHRA pudo acelerar el proceso de revisión de datos «gracias al Brexit», pese a que el propio regulador señaló que había actuado con respeto a la legislación comunitaria.
La Agencia británica aprobó el miércoles por la vía de urgencia para uso inmediato en el Reino Unido la vacuna desarrollada por la farmacéutica estadounidense Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech, con lo que este país se convirtió en el primero del mundo en autorizar un antídoto contra el coronavirus.
La directora de la MHRA, June Raine, aseguró que nada se omitió al «evaluar la seguridad» de la vacuna y que se ha cumplido con «los rigurosos niveles de seguridad» exigidos por la normativa europea, a la que el Reino Unido está sujeto antes de que consume su separación del bloque el próximo 31 de diciembre.
Sin embargo, la Agencia Europea del Medicamento ha cuestionado el método urgente empleado por Londres y defiende que su procedimiento es más exhaustivo.
El líder de los conservadores en la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, aventuró hoy que el regulador de la UE está «ofendido» y desearía que el Reino Unido «no lo hubiera hecho» y que Francia o Alemania se hubieran adelantado. «Es un enorme éxito británico y deberíamos estar orgullosos y complacidos», dijo.
Las celebraciones del sector pro-Brexit británico tras la aprobación de la vacuna también causaron un rifirrafe diplomático en Twitter, donde el ministro de Empresa, Alok Sharma, sostuvo que este momento «se recordará como el día en que el Reino Unido lideró la ofensiva de la humanidad contra la enfermedad».
El embajador alemán en Londres, Andreas Michaelis, respondió que se trata de «un esfuerzo internacional» y no «una historia nacional» y subrayó que, pese a la «contribución crucial» de la alemana BioNTech, «esto es europeo y transatlántico».
El rápido visto bueno de la MHRA es considerado un golpe político por el círculo de Johnson, que afronta críticas por la falta de avances en la negociación para un acuerdo pos-Brexit y por su gestión de la pandemia.
Políticos británicos de diferentes partidos han lamentado que el Gobierno trate de ponerse medallas patrióticas con la vacuna cuando al mismo tiempo el Reino Unido hace gala de liderar la lucha global contra la pandemia, por ejemplo a través de su aportación a la alianza Gavi para la vacunación mundial.
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